martes, 10 de enero de 2012

Fic: "All that i want is you..."

Capitulo 8: Los ángeles no deben llorar. 



-Bien Bill, ya llegamos. –Alce la mirada y pude ver que estábamos en el porche de mi casa. Todo el camino me la había pasado reclinado en el asiento de atrás con Jared a mi lado, no pregunto nada, solo apretaba mi mano de vez en cuando, como muestra de apoyo; yo estaba agradecido por eso.

-Gra… Gracias –Susurre, como había estado llorando mi voz no era muy clara. Gustav bajo del auto y Jared hizo lo mismo, yo baje a tras de él.

-¿Te sientes mejor?-Pregunto el chico nuevo, yo solo pude asentir con la cabeza.

-Bueno pues yo me tengo que ir, mañana tengo un compromiso y no puedo llegar tarde –Empezó a hablar Gustav. -¿Puedo hacer algo más por ti?

-No, estaré bien. –Aún seguía llorando, yo podía decir que estaba bien mil veces, pero no lo estaba. Él sabía que mentía.

-Llevaré a Bill a su habitación, dile a mis tíos que llegaré temprano. –Le dijo Jared a Gustav, él le contesto que les diría y se despidió de nosotros. Abrí la puerta de mi casa y subimos a mi habitación. Aunque casi no lo conocía me inspiraba mucha confianza y tranquilidad… justo lo que yo necesitaba en este momento.

Entramos a mi cuarto y lo primero que vi fueron los cuadros con fotos de Tom y mías; no lo soporte  y las puse boca abajo, una en especial llamo mi atención, éramos Tom y yo besándonos, el me la había regalado como obsequio de nuestro primer mes como novios, el portarretratos en el que estaba decía “True Love”, ¿Amor verdadero? ¿Cuál amor? ¿El que sentía Thomas hacia el mismo? Porque a mí ¡Tom NUNCA me amo! Nunca… no pude más, me dirigí hacía el portarretratos y los arranque de la pared, lanzándolo contra el piso. Mi corazón estaba hecho pedazos, al igual que el portarretratos que ahora yacía roto en el suelo de mi habitación.
Me dejé caer en el piso y me solté a llorar con más ganas… ¿Por qué me había hecho esto? ¿Tan mal novio fui? ¿No era lo suficientemente bueno para él?, esas preguntas taladraban mi cabeza haciéndome sentir mucho peor. Sentía que yo tenía la culpa de que Tom me hubiera engañado. De repente sentí como alguien me tomaba por atrás levantándome del suelo.

-Tú no tienes la culpa de nada bonito. –Volteé la mirada y me encontré con esos bellos ojos verdes; era Jared. Me puse de pie completamente y me dirigió a la cama, yo solo me deje hacer.

-¿Por qué? ¿Acaso no era lo suficientemente bueno para él?-Le pregunté, mi visión estaba un poco borrosa a causa de las lágrimas. Llegamos a mi cama y levanto las sabanas para que me pudiera en ella, yo me metí en esta y él me volvió a tapar. Se sentó ah mi lado.

-Mira, yo no sé lo que haya pasado entre tú y el sujeto que tienes por novio. –Comenzó a hablar. –Pero haya pasado lo que haya pasado, de algo estoy seguro, tú no tienes la culpa de nada. –Dicho esto acerco su mano a mi mejilla derecha y la acaricio. No pude decir nada, me sentía terriblemente mal. –No llores angelito, los ángeles no deben llorar. –Susurró mientras me sonreía. No supe cómo, pero algo parecido a una sonrisa emano de mi rostro.  Él me hacía sentir bien. –Bueno, supongo que tienes que descansar... - Comenzó a levantarse de la cama para irse. –Me voy para que lo hagas. –Dijo una vez que estuvo de pie.

-¡NO! –Dije rápidamente sosteniendo su mano con la mía antes de que se marchará. El me miro sorprendido. –Por favor, quédate conmigo. –Le suplique, no quería estar solo. No esta noche. Nos miramos a los ojos, de repente el asintió. Me acomodé del lado derecho de la cama, dejándole más espacio a él para acomodarse. El se volvió a sentar a mi lado. Cerré los ojos, estaba muy cansado, mi cerebro ya no quería pensar más en el daño que me había hecho Tom. De pronto sentí como Jared empezaba a acariciarme la cabeza, enredaba sus dedos en mi cabello. Eso me pareció relajante y me fui quedando profundamente dormido al instante. Perdiéndome en ese mundo, ese mundo donde no existían los problemas ni las decepciones… los sueños.


By Jared

¡Él es un ángel! Estaba en casa de Bill, un chico muy lindo de mi nueva escuela. ¿Qué porque estaba ahí? Pues bueno, porque resulta que el estúpido de su novio lo ah engañado con otro chico del Colegio. ¡Tom es un verdadero imbécil! Y es que eso de engañar a Bill con Andrej, ósea, ¡Bill esta 83238980389034890340 veces mejor que ese rubio!, y es mucho más dulce, no que aquel es un puto, y lo digo porque se de lo que hablo. Y es que el otro día –el día que me invito a la fiesta- se me estaba insinuando. Claro que yo no le correspondí y lo evadí, a mí el pelinegro bonito me había robado el corazón desde que lo vi por primera vez cuando me presente en la clase.
Y ahora estoy aquí, junto a él viéndole dormir. Es fascinante, su carita es aún más dulce cuando duerme. Me sentía feliz, él mismo me había pedido que me quedara con él, eso quiere decir que le inspiro confianza. Sé que él está enamorado de Tom, y lo estará por mucho más tiempo, ya que es amor lo que siente por él, pero… a mi no me molesta pensar que yo tengo que esperar para llegar a su corazón.  

De repente oí a alguien subiendo las escaleras. Me espanté, ¿Y si eran los padres de Bill? ¿Qué pensarían al ver a un completo desconocido al lado de su hijo? Traté de no hacer ruido, ni siquiera quería respirar, cuando la puerta se abrió y apareció la persona que menos espere que fuera.

-¿Qué haces tú aquí? –Dijo Tom viéndome extrañado, dirigió su vista a Bill y me miró de nuevo.  Me levanté rápidamente y fui hacia la puerta, donde él estaba.

-Cállate, que lo despertarás y harás que recuerde todo, déjalo descansar. –Parecía molesto. -¿Cómo entraste?- Susurré.

-Soy su novio ¿Recuerdas? El me dio la llave de la casa. –Contesto, se veía enojado, pero cierta tristeza emanaba de su mirada. – No me has respondido bastardo, ¿Qué haces tú aquí en el cuarto de mi novio?-Alzó la voz, no dejaría que despertará a Bill. Lo empujé un poco y salimos al pasillo, cerré la puerta de la habitación de mi pelinegro.

-Mira, sé lo que le hiciste a Bill y solo te puedo decir esto… ¡Eres un estúpido!-Le dije, sino lo decía explotaría. Pensé que se pondría a la defensiva, pero solo miro al piso. –Y Bill ya no es tu novio, ya no lo lastimarás más, yo no te lo permitiré. –Levantó la vista, ahora si parecía molesto.

-¿Y tu quien te crees que eres? ¿La niñera de Bill?, el todavía es mi novio, me disculparé con él y todo será como antes.- ¡QUERIA GOLPEARLO! Lástima que no estábamos en la calle.

-¡No! Más bien ¡¿Quién jodidos te crees que eres tú para jugar así con sus sentimientos?!-Le grité, de seguro mi cara estaba roja de la irá.

-¡A mí no me gritas idiota! –Dijo tomándome del cuello de mi chaqueta de cuero, Bill y yo teníamos un estilo muy parecido. Yo lo empujé y retacho contra la pared. El venía hacía í con el puño en alto, cuando de pronto se abrió la puerta de la última habitación, la del fondo a la izquierda. Salió el que supongo es el papá de Bill. Se nos quedó viendo extrañado, luego su expresión parecía molesta.

-¿Qué demonios hacen ustedes dos a estas horas en mi casa? –Dijo mirándonos a ambos. -¿Y tu quien eres?- Me preguntó.

-Soy amigo de Bill- Contesté, el señor asintió.

-¿Y no crees que es muy tarde para estar aquí? ¿Dónde está Bill?- Dijo mirando hacia los lados buscando a Bill.

-Él está durmiendo, por favor no lo despierte. –Le suplique, el me miro serio.

-¿Y tú qué haces aquí Thomas? Sabes que me molesta tu presencia en esta casa.

-Yo solo vine a… a disculparme con Bill, pero llegué y resulta que este idiota estaba en el cuarto de Bill sentado en su cama.

-¡Aquí el idiota eres tú por engañar a Bill con ese puto rubio.- Solté de sopetón, él papá de Bill abrió los ojos sorprendido por lo que acababa de molestar.

-¿Qué tu le hiciste que a mi hijo? –Dijo mirando a Tom con odio.

-Yo… yo… yo no quería, se lo juro que fue un mal entendido. –Ahora sí, “El gran Tom” se hacía chiquito.

-¡LARGO DE MI CASA LOS DOS! –Nos grito y nos empezó a empujar. Llegamos al piso de abajo, yo ya no decía nada, luego le explicaría a Bill él porque me había ido. Salimos al gran recibidor de su casa.- ¡Yo sabía que lastimarías a mi hijo! ¡Por eso nunca estuve de acuerdo con su relación! –Se veía que el señor quería masacrar a Thomas, aún no entendía por qué no lo hacía, yo podría ayudarle con gusto.

-¡No fue mi intención lastimarlo! –Tom se veía triste. Eso me extraño, sí Bill lo dejaba podía irse con Andrej ¿No?

-¡Lárgate y nunca vuelvas a poner un pie en mi casa! ¡Y aléjate de Bill! Ya el suficiente daño le haz hecho. - Tom bajo la mirada al piso, ¿Es mi imaginación o es una lágrima la que baja por su mejilla? Me le quedé viendo atentamente. Al parecer sí estaba llorando, pero no entendía porque, si él no quería a Bill no veo porque le dolía. El papá de Bill entro de nuevo a la mansión dejándonos ahí afuera.

-No veo por qué lloras. –Le dije fríamente. –Tú nunca lo quisiste.

-Tú no sabes nada. – Y se subió a su camioneta, yéndose de ahí.



By Tom

-¡Otro tequila por favor! –Estaba en un bar, me sentía una mierda y un imbécil, un completo gilipollas. El chico que estaba atrás de la barra me sirvió lo que le pedí.

No entiendo porque me siento tan mal, se supone que solo quería a Bill para el sexo, pero cuando lo vi llorando por mi culpa, sus ojitos tristes y decepcionados sentí que mi corazón se quebró en mil pedazos. Tal vez era porque ahora sentía que Bill no me perdonaría y nunca lo haría mío. O tal vez, solo tal vez, era porque quería a Bill más de lo que pensaba. Negué repetidas veces, ¡no!, ¡El gran Thomas Trümper no se enamora!
Solo quería beber y olvidarme un rato del dolor que sentía por dentro, pero este cada vez crecía más y más cuando recordaba las palabras del papá de Bill, y cuando recuerdo como Bill se subió rápidamente al carro cuando vio que iba corriendo hacía él. Me sentí tan estúpido al quedarme ahí parado bajo la lluvia esperando a que el carro diera vuelta y Bill viniera hacia mi dejándome explicarle, o más bien, dejándome engañarlo con más de mis mentiras. Cuando acepte el que Bill no regresaría a disculparme decidí ir yo a su casa, el hace tiempo me había dado las llaves y decidí usar eso a mi favor. Pero cuando llegué me encontré a él estúpido rockero fallido sentado al lado de mi Bill en la cama, acariciando su pelo y viéndolo dormir. Sentí rabia, pero a la vez tristeza. El terminaría quitándomelo y yo no quería que eso pasara. No podía dejar de pensar en lo que me dijo el papá de Bill… “¡Yo sabía que lastimarías a mi hijo! ¡Por eso nunca estuve de acuerdo con su relación!” ¿Eso quiere decir que el sospechaba de lo que hacía cuando Bill no estaba conmigo? Entonces nunca me odio por convertir a su único hijo en marica, sino porque el temía que lo lastimará.

Seguía mojado, pero no me importaba, lo único que quería era que llegará el lunes para ver a Bill en el Colegio y me disculpará, no podía aceptar el hecho de que nuestra relación y todo mi esfuerzo de un año acabará de esta manera. 

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