miércoles, 12 de diciembre de 2012

Mundos Alternos

¡Hola! Wow, de esta historia no había publicado capitulo nuevo hasta ahora, espero y les guste el capitulo y me lo hagan saber con un comentario o algo de su parte. Aquí empezaré a subir los capítulos que siguen de este fic así como de "All that i want is you...", digo, para que las que gusten sigan el blog y les lleguen las actualizaciones. Sin más las dejo que disfruten la lectura. 

CAPITULO 8



Entraron a la gran mansión, ambos se encontraban empapados debido a que habían caído en la alberca por culpa del ojiazul, pero eso era lo que menos importaba en esos momentos.
La temperatura había bajado considerablemente, y ahora Bill se encontraba temblando del frío, Andrew lo abrazaba tratando de darle algo de calor, pero hacía falta algo más que eso, por lo que había decidido llevarlo dentro de su casa y prestarle ropa suya para que se cambiara.

—Si mañana estoy muriendo de un resfriado y no puedo grabar, le diré a tu padre que todo fue tu culpa —logró decir Bill.

—Ahora es tu suegro, así que si trata de fastidiarte en lo más mínimo, yo lo arreglo —le guiño un ojo, y el pelinegro se sonrojó a sobremanera. Aún no podía asimilar cómo es que habían llegado a esa situación. “Del odio al amor hay un solo paso.” Tal vez los dichos tenían algo de sabiduría después de todo.

Bill detuvo su andar antes de subir las escaleras que dirigían a la planta alta, donde se encontraban las habitaciones, haciendo que Andrew hiciera lo mismo.

—¿Qué pasa? no te haré nada que tú no quieras —comenzó a reír y empujo un poco a Bill por la espalda animándolo a que subiera, pero eso no era lo que al pelinegro le carcomía la cabeza.

—¿Y le dirás a tu padre de esto? ¿Y si me odia? —cuestionó preocupado, alejándose un poco del abrazo que mantenía su novio en él.

—El nunca te odiaría.  Es más, hasta creo que él quería que entre nosotros dos surgiera algo —sonrió y volvió a pegar a Bill a su cuerpo, tratando de infundir tranquilidad y calor en el pelinegro.

Sabía que Steven era una gran persona, y con él se había portado muy bien hasta ahora, pero una cosa era que Bill fuera el cantante de la banda que representaba y otra muy diferente era que ahora fuera el novio de su hijo, de su único hijo. ¿Y si no le parecía que dos hombres mantuvieran una relación? ¿Y si lo odiaba por pensar que había convertido a su heredero en un marica perdido? No quería perder a Andy, pero tampoco quería dejarlo todo por él, no sus sueños.

—¿Por qué piensas que él quería que hubiera algo entre nosotros? Ningún padre normal quisiera que su único hijo tuviera novio en vez de novia —frunció el entrecejo.

—Sí, bueno, digamos que mi padre nunca ha entrado en la clasificación de “normal” —hizo comillas con los dedos. Bill sonrió sintiéndose un poco más seguro respecto al tema.

De repente, Andrew recordó lo que su pelinegro le había dicho mientras peleaban antes de caer a la alberca —o mejor dicho, antes de que Bill lo aventara al agua y el buscara venganza—, eso de que Thomas estaba esperando a Bill en su departamento.  Se sintió molesto de pronto, ¿y si era cierto? Ahora Bill le “pertenecía”, por decirlo de algún modo. Quitó su mirada de la del pelinegro y la dirigió a otro lado, de solo pensarlo sentía que le hervía la sangre.

—¿Qué te pasa? —cuestionó Bill al ver el cambio en la actitud de Andrew.

—¿De qué? —contestó saliendo de sus pensamientos. Devolvió la mirada a su novio notando que este lo veía un tanto preocupado.

—Sí, de repente te pusiste serio —Bill se asustó mucho, tal vez Andy había entrado en razón y se había dado cuenta de que todo esto era una locura, que en realidad no era gay, y lo odiaría de por vida— ¿Te arrepientes de esto?

Andrew no entendía de qué le hablaba.

—¿Arrepentirme de qué? —a Bill se le agotaba la paciencia, un aspecto que no le había sido otorgado y por lo visto nunca sería una cualidad en el. Lo empujo un poco con las manos, haciendo que Andy lo soltara del abrazo que habían estado manteniendo en todo ese tiempo.

—Sí, de ti y de mí, de que seamos novios —el pelinegro soltó el aire que había estado conteniendo en sus pulmones, ahora se encontraba nervioso de lo que le fuera a decir Andrew, simplemente no podía leer su mente y saber que esa no era la razón por la que su novio se había puesto serio de un momento al otro.

El ojiazul no podía creer que Bill no creyera que lo quería enserio. Por una parte lo entendía, ya que no habían comenzado exactamente con el pie derecho cuando se habían conocido, pero ya habría tiempo para hacer que confiara en él y en todo lo que le decía.

—Por supuesto que no me arrepiento de eso —dijo muy seguro de sí mismo. Bill sintió que le volvía el alma al cuerpo—. Me gustas y mucho, niñato.

Le dedicó la más sincera de las sonrisas y el vocalista creyó que flotaba entre las nubes. A cada gesto, acción y palabra, el hijo de su jefe le encantaba más y más. Lo mismo sucedía con su contrario.

—¿Entonces por qué te pusiste serio de repente?—volvió a preguntarle.

—¿Era cierto que Thomas te iba a estar esperando en tu departamento?

Bill comenzó a reír a carcajada limpia, hasta se le había olvidado que tenía frió.

—¿Era eso? —siguió riendo. No se lo creía, tanto drama para que todo fuera por esa mentira piadosa que el pelinegro había inventado solo para ver la reacción de Andy.

—Hey, no te rías que no le veo lo chistoso. —Andrew —que había empezado a reír cuando su novio lo hizo— trató de ponerse serio de nuevo, pero simplemente la risa de Bill era contagiosa y no pudo esconder su sonrisa.

—Nada de eso era cierto, tonto. Sólo quería ver qué hacías si te lo decía, y al parecer funcionó para que me dijeras lo que sentías por mí —siguió riendo. Andrew acorto la corta distancia que los separaba y lo abrazo.

—Eres un pequeño tramposo, ya verás lo que le hago a los niños tramposos y mentirosos como tú —el ojiazul cargo a Bill en sus brazos, y esté comenzó a patalear en el aire.

—¡Bájame Dennis! ¡Bájame ya!—gritó mientras se mofaba de la situación. Andy comenzó a subir escaleras arriba con un escandaloso pelinegro entre sus brazos, que pataleaba en un vago intento para que lo soltara.

Bill parecía la princesa y él su valiente y guapo príncipe. La diva le patearía las bolas de no ser porque ahora eran novios y disfrutaba de su presencia. Siempre lo había hecho, era un sentimiento de amor/odio que se habían negado a aceptar ambos hasta ésta noche.

—¿Cómo sabes que  mi segundo nombre es Dennis? —que él recordara, nunca se lo había dicho, porque simplemente ese nombre no le gustaba en lo más mínimo.

“¿Qué mierda estabas pensando cuando me pusiste Dennis?” le había cuestionado alguna vez a su padre, éste sólo le contestó que así se llamaba su abuelo materno, el tema de su madre muerta le dolía y ya no pregunto más, dándose por servido con esa corta respuesta.

—Te sorprenderías al ver todo lo que puedes encontrar en el internet sobre ti —sonrió pícaro, dejando de luchar por bajarse de los brazos de Andy.

—¿O sea que investigabas en el internet sobre mí? ¿Tan interesante te parecía, mi diva? —quiso joderlo un poco en revancha del tema de Tom.

—Eras un idiota interesante, eso nunca lo he negado —le dio un rápido pico en los labios.

—¿Era?

—Lo sigues siendo, pero ahora te puedo preguntar lo que quiera. ¿Ya me bajas? Siento que te aprovechas de la situación y me estas tocando el culo —dijo una vez que habían llegado a la habitación del ojiazul.

—Siempre pudiste preguntarme lo que quisieras tonto, sólo me gustaba hacerme el interesante —le devolvió el pico y puso a Bill en el piso.

—Nunca te funcionó esa táctica conmigo, o al menos no del modo en que esperabas —le guiño el ojo derecho.

—Por eso me encantaste desde que te conocí.

Bill se sonrojó a sobremanera y agacho la cabeza no sabiendo qué decir. Inexplicablemente el ojiazul lo dejaba sin palabras. No podía ser tan guapo, sexy, tierno y suyo al mismo tiempo. Suyo…

Andrew se acerco a él y levanto su mentón con su mano derecha haciendo que lo mirara. Sus miradas se conectaron y cada uno se perdió en el otro, el mundo se había detenido de repente y se había convertido en un lugar perfecto, un lugar en el que solo estaban ellos dos.

Dejando que sus cuerpos hicieran lo que su corazón les dictaba, se besaron dulce y lentamente, solo disfrutando del contacto.

El ojiazul lo atrajo aún más hacia él, levantó un poco su camiseta mojada con la mano izquierda y lo acarició tiernamente, Bill se estremeció al contacto, pero no lo detuvo. Pasó las manos por detrás del cuello de Andy y siguió besándolo con más ahínco, ahora eran las dos manos del ojiazul tocando la piel de su cintura.

Bill comenzó a retroceder asegurándose de llegar a la cama del hijo del rockstar, cuando estuvo ahí se dejo caer en ella llevando a Andrew con él, que aún no lo soltaba del agarre que mantenía en su cintura.

—¿Qué haces? —le preguntó sonriente. El pelinegro no respondió nada y se dedico a besar el cuello de su novio.
Aunque a Andrew le gustaba toda la situación que estaba viviendo con Bill, no quería que las cosas fueran tan rápido, quería que su relación se llevara su tiempo y hacer las cosas bien. Así que haciendo uso de su fuerza de voluntad, se separo un poco de Bill.

—¿Qué pasa? —cuestionó Bill, algo confundido.

—Creo que vamos muy rápido —el pelinegro frunció el ceño—. Yo quiero hacer las cosas bien contigo, no eres solo “el de una noche”, ya tendremos tiempo para esto —le sonrió y eso fue todo para Bill. 

Le creía.

—Nunca pensé que el calenturiento de nuestra relación sería yo —comentó divertido. Andrew comenzó a reír a carcajada limpia.

—Sí, bueno, uno nunca sabe con lo que se puede topar —juntaron sus rostros y empezaron a jugar con sus narices, en un beso esquimal.

—Oye, ya mojamos tu cama.

—Tendré que dormir en alguna otra de las habitaciones, supongo —dijo resignado, pero nada le podía quitar la sonrisa de su rostro. Se quitó de encima de Bill y se acostó a su lado, segundos después 
Bill se puso de pie y lo miro desde arriba.

—¿Me prestarás ropa o dejaras que muera de un refriado? —Andy fingió pensárselo, así que Bill tomo un peluche de koala que estaba puesto en el buro de la cama del ojiazul y se lo tiro en la cabeza.

—¡Salvaje! —se quejó— ¡Maltratas al Señor Mielito! —acarició tiernamente a su koala.

—¿Señor Mielito? —Bill sonrió tiernamente, Andy era un amor detrás de toda esa pinta de malote drogadicto.

—Sí, él es el señor Mielito. No te preocupes —dijo mirando al oso y acariciándole la cabeza—, ese niño malo no te volverá a hacer daño.

—¡Idiota! Dame la ropa que me volvió el frió —su intención no era cortar la ternura de Andrew, pero en realidad se estaba muriendo del frió que hacía.

Andrew se levanto, dejó al koala de peluche en su lugar y fue directo a su gran closet, tomó unos pantalones  negros y la primera playera que se encontró, esta tenía el estampado de Kiss al frente. 
Era una suerte que su novio tuviera su peculiar estilo.

—¿Esto está bien o quieres otra cosa? —le preguntó pasándole la ropa, el pelinegro sólo asintió.  Abrió uno de los cajones que estaban ahí y saco unos bóxers negros, se hizo una imagen mental de Bill usándolos y sintió que su sangre hervía con solo pensarlo—. Ten —le tendió el bóxer. Pasaron los segundos y ambos estaban parados sin hacer nada, solo mirándose el uno al otro.

—No pretenderás que me cambie de ropa contigo aquí ¿o sí? —cuestionó divertido.

—¿Hace unos minutos casi me violas y ahora no quieres que te vea desnudo? —ambos rieron.

—Tú dijiste que haríamos las cosas bien, así que ahora te apegas a tus propias reglas y te sales del cuarto —el ojiazul bufó.

—Vale, está bien —salió del cuarto haciendo pucheritos graciosos.
Una vez que Bill estuvo cambiado y listo salió del cuarto y se topo con Andrew que estaba sentado en el piso del pasillo.

—Me tengo que ir, mañana tengo grabación temprano en el estudio. —Andy asintió.

—Vamos, yo te llevo a tu casa —dijo poniéndose de pie.

—Puedo tomar un taxi, ya es algo tarde —no quería arriesgar a su novio, era cerca de la media noche y las calles eran peligrosas a esas horas.

—Nada de eso, tú vienes conmigo y no discutas más. —Bill sólo rodo los ojos, Andy era muy terco.
Andrew, que seguía mojado aún, fue rápidamente a cambiarse a su cuarto y  cuando estuvo listo alcanzo a Bill que estaba en la sala de su casa.

Entre bromas y besos abordaron el auto que los llevaría a casa del pelinegro, Andy no manejaría ya que le había pedido a uno de los choferes de su casa que los llevara por razones de seguridad, no tenían que olvidar que él era el hijo de un rockstar y salir a esas horas en un lujoso ferrari, no era lo más sensato del mundo. Por eso cada vez que se iba de borrachera con sus amigos, un chofer lo llevaba y podía beber hasta quedar en coma etílico.

Llegaron hasta al pequeño departamento de Bill y se despidieron.

Bajaron del auto y empezaron a subir las escaleras hasta que llegaron al quinto piso y Bill dijo que ahí era.

—Ahora entiendo por qué estas tan flaquito, subir todo esto es una locura —habló jadeante. Tantos cigarros y falta de ejercicio físico terminaban pasando factura.

—Quejica, ¡ni que fuera tanto! —rió Bill al ver como su novio casi había llegado arrastrándose.

Se despidieron con un dulce beso en los labios y el pelinegro sacó las llaves de su departamento del bolso que llevaba, el mismo con el que había visto a Tom bajar de la camioneta mientras le ofrecía su mano a Bill para que bajara. Los celos de nuevo se hacían presentes, pero Bill estaba con él y eso era lo que importaba.

—Adiós —se despidió Bill con la mano abriendo la puerta e introduciéndose a su hogar. 

—Sueña conmigo —le dijo Andrew antes de que el pelinegro entrara por completo a su departamento.

—Ni que tuvieras tanta suerte —contestó Bill socarronamente guiñándole un ojo y cerró la puerta.

Pareja perfecta no había, pero si la hubiera, Andrew podía asegurar que Bill era todo lo que él necesitaba y creía que no encontraría.


¿Les gustó? ¿alguna duda? ¿que piensan de la reciente relación de Bill y Andy? Espero y les haya gustado. Besos y nos leemos luego. ;)

lunes, 3 de diciembre de 2012

All that i want is you...

Hello People! Bueno, antes que nada no he actualizado no porque yo no haya querido, sino porque como muchas sabran THF.es sigue sin funcionar y es una lata ya que no soy muy afecta a mi blog y casi todas las lectoras de este fic estaban allá, pero bueno, debido a que no tiene ni para cuando funcionar *llora* lo más probable es que valla subiendo los capítulos aquí y pues serán bienvenidas las que lo quieran seguir y comentar por aquí. Sin más espero que les guste el capitulo y me digan lo que les parece.  


CAPITULO 34: De nuevo.






Algo así se había imaginado antes de abrir la puerta, pero no quería creer que Jared fuera igual que la mayoría de los hombres. Ahora veía la realidad de las cosas, y la pura realidad era que él era el 
estúpido de toda la historia.

Puede que fuera un insensible de la mierda, o tal vez que no lo quisiera tanto. Traición era traición, pero no se sentía igual que cuando había visto a Tom con Andrej.  Por ningún lado era lo 
mismo.

Otra teoría era que su cabeza y su corazón ya se habían hecho a la idea de que al final, todos lo terminarían engañando. No era así, pero en esos momentos era lo único que podía pensar al ver como un chico de pelo castaño, alto, y bien parecido, se encontraba besando apasionadamente a su novio.

—Supongo que esto es todo lo que me amas. —hablo fuerte y claro, dándoles un susto de muerte a los amantes.

—Bi… Bill ¿qué… qué haces aquí? —pregunto Jared sorprendido, alejándose rápidamente de Robert, como si su piel quemara.

—Yo tengo una mejor pregunta Jared, ¿quién es él y que hacía besándote como si el mundo se fuera a acabar? —pregunto muy serio. Era extraño no sentir que el mundo se le venía encima, solo se sentía enojado y un completo idiota por pensar que el ojiazul era un santo.

Robert se sintió una completa basura y quería que la Tierra se lo tragara ahí mismo, era más que obvio que ahora Jared se arrastraría atrás de Bill, y a él lo ignoraría como si fuera escoria.

—Él… ¡él no es nadie importante! ¡te amo Bill!—dijo Jared desesperado, no sabía qué hacer o que decir, y para Bill eso no importaba mucho en ese instante, podía ver cómo eran las cosas, no necesitaba justificaciones tontas por parte de el ojiazul.

“Él no es nadie importante.” — el corazón de Robert se paró de de pronto. No pudo evitar que lágrimas descendieran de sus ojos y bajaran hasta sus mejillas. Sabía que era “el otro”, pero su corazón siempre había albergado una ligera esperanza de que el chico de ojos azules se hubiera enamorado de él, aunque sea un poco. Ahora veía que no era así en lo absoluto.

—Yo, lo siento tanto Bill. —dijo dispuesto a salir disparado de ahí, no soportaba lo que estaba pasando. Dio una mirada rápida a Jared, quién observaba a Bill como cordero degollado, esperando algún milagro, de repente lo volteó a ver a él y más lágrimas salieron de sus ojos. A pesar de todo se veía sufrimiento, pena y tristeza en su mirada, todo era por Bill, lo sabía. Era hora de bajar de esa nube de 
sueños e ilusiones falsas en las que había querido vivir.

Salió rápidamente de la habitación, llorando con más fuerza que antes. El pelinegro no dijo nada ante ese “lo siento” por parte del castaño. No le guardaba rencor ni nada parecido, por una parte estaba agradecido por hacerle ver quién era en verdad el ojiazul.

—Wow, pensé que eras alguien mejor Jared. —hablo de pronto cuando Robert se había marchado.

—Yo, fui un estúpido, lo siento tanto, te amo Bill, perdóname por favor. —dijo muy rápido, acercándose a al pelinegro y tratando de arrodillarse ante él. Bill no lo dejo.

—No es a mí a quién tienes que pedir perdón—se alejo un poco de él. Jared lo miraba sin entender lo que le decía.

—¿Qué? —preguntó.

—Por Dios, hablemos enserio y no quiero que me interrumpas hasta que escuches todo lo que tengo por decirte. —el ojiazul asintió, no podía hacer menos que eso. —Tú no me amas.

—¿A no? ¿y según tú a quién le tengo que pedir disculpas? ¡yo estoy seguro de que te amo a ti Bill!

—Dije que me dejaras hablar —le reprendió— tú lo amas a él, a ese chico que se acaba de ir llorando.
Bill había notado como miraba Jared a ese pobre chico, y lo que vio fue solo amor, un amor que se  negaba a ser aceptado y se escondía detrás del encaprichamiento hacia el pelinegro.
—¿Qué? ¿A Robert? ¡por supuesto que no! —negó de inmediato— te am…

—Por favor, no hagamos las cosas más difíciles de lo que deberían ser, tú no me amas, si así fuera no te hubieras involucrado con ese tal Robert —dijo más tranquilo, mirándolo directamente a los ojos.

—Supongo que Thomas te amaba demasiado y por eso te engañó—. Y ahí iba de nuevo el chantaje. Sucio, cruel.

—No mezcles las cosas, ahora estamos hablando de ti y de mí, de nosotros. —Jared sonrió con amargura.

—Por Dios Bill, no te hagas el tonto, nunca hubo un jodido “nosotros”, aunque Tom no estuviera presente en cuerpo, el siempre estuvo en medio de nosotros, tu pensabas en él cuando estabas conmigo y yo nunca me quejé de nada. —Eso dolió dentro del corazón del pelinegro.

—Yo nunca te dije que había dejado de amarlo, en ningún momento te cree falsas ilusiones —trato de defenderse, pero sabía que en parte Jared tenía razón. Los ojos del ojiazul se pusieron rojos de pronto.

No tenía derecho de reclamarle nada, y tampoco pensaba hacerlo, pero ya no estaba obligado a estar con él solo por agradecimiento, esperando a que llegara el maravilloso día en que en verdad sintiera más que cariño hacia Jared.

—Perdóname si te estoy lastimando, pero nunca me quisiste escuchar. Al menos no respecto a mis sentimientos hacia Tom. Creo que lo mejor es terminar aquí  las cosas por lo sano —se dio la vuelta dispuesto a irse de ahí.

—Esto era lo que estabas esperando ¿cierto? ¡solo un desliz de mi parte e irte corriendo tras ese puto gilipollas engreído! —grito.

—No grites que no voy detrás de nadie, creo que ya tuve suficiente de todo y de todos por un tiempo —le sonrió deteniéndose en el umbral de la puerta de la habitación.

—Nunca quisiste amarme, estás encaprichado con ese idiota —soltó despectivo. Bill en verdad no quería terminar peleado con él, así que le haría ver las cosas de una vez por todas.

—Más bien el que esta encaprichado conmigo eres tú —dijo regresando al interior de la habitación, parándose frente a Jare — nunca hubo algo concreto entre nosotros, te quiero y mucho, pero no te amo y lo siento demasiado, trate de hacerlo, y estoy muy agradecido contigo por haberme ayudado en mi depresión cuando paso lo de Tom, pero simplemente eso no es suficiente, acabo de comprenderlo.

Esta vez el ojiazul no dijo nada, una parte de él quería hacer que Bill lo perdonara por cualquier medio posible, pero había otra parte muy dentro de él, que le decía que fuera corriendo detrás del 
castaño. Su cabeza era un lío.

Tal vez Bill y Robert tenían razón, quizás el pelinegro era solo un capricho que tenía y punto.

—Ahora mismo no entiendo que haces aquí, cuando deberías de estar detrás de Robert. —¿acaso Bill podía leer su mente? No, pero en cinco años juntos, el pelinegro había aprendido a conocerlo a la perfección.

—¿Cómo sabes que estoy pensando en él? ¿por qué dices que lo amo a él? —cuestionó curioso.

—Simple, a mí nunca me miraste como vi que lo hiciste con él cuando comenzó a llorar. —Bill le sonrió despreocupadamente, más como un amigo que le decía que recuperara al amor de su vida, que como si fuera su ex novio. —No te preocupes, todo está bien. Ahora ve a por él, no dejes que pase el tiempo.  

Dio media vuelta de nuevo y se fue, dejando en medio de la habitación a su ahora ex novio, que se encontraba muy consternado y confuso sobre sus sentimientos.

Subió a su auto y condujo de vuelta a su departamento, tenía ganas de hablar con alguien de lo que acababa de pasar. Ese alguien sería Andreas, el lo escucharía y lo apoyaría. Él sabía que había estado bien todo lo que le había dicho a Jared, solo quería que alguien se lo corroborara y así no sentirse tan mal al recordar la cara del ojiazul.

Si bien era verdad que nunca se había enamorado de Jared, era lógico que si se había llegado a encariñar mucho con él y se había llevado una dolorosa decepción sobre la perspectiva de hombre perfecto que tenía de él. Los príncipes azules no existían.

¿Acaso había algo extremadamente mal con él, como para que todos sus novios le engañaran con otra persona? ¿no era lo suficientemente bueno? ¿acaso era tan aburrido que volvía monótonas sus relaciones y por eso su contrario acababa refugiándose en los brazos de alguien más?
Sin duda alguna, él era el problema.

Sus ojos no pudieron evitar ponerse rojos de la frustración consigo mismo.  Quería llorar.

Era un maldito egoísta, pero en vez de querer llorar por terminar con Jared, quería llorar porque se sentía muy poca cosa para cualquier persona. Como una completa basura inútil de la que todos huían. Nadie nunca lo querría enserio y tenía que aceptarlo.

Llegó a su departamento y dejó las cosas que había llevado de la oficina sobre la mesa del comedor. Buscó a Andreas por toda la casa, pero no lo encontró por ningún lado, solo vio una nota pegada en el refrigerador que tenía su nombre.

“Bill, salí con George. No me esperes despierto, llegaré tarde. 
Besos.”

¡Genial! Ahora que necesita desahogar sus penas, Andy no estaba ahí para escucharlo. A pesar de todo esperaba que pasara una noche linda con George.

Recordaba como su amigo al terminar con Zack, su antiguo novio, había caído como en una especie de depresión y ambos se ayudaron el uno al otro. Suerte que la supero con los meses y ahora estaba bien; mucho mejor ahora que George había llegado a su vida.

Fue hasta la sala de estar y se recostó en el sillón, cerró los ojos y lloró por un rato, pensando en lo insignificante y estúpido que era, por eso nadie lo tomaba enserio. Cuando apenas se estaba quedando dormido, escucho que sonaba el timbre. Si era Jared de nuevo, no… no quería ni suponer que era él, no quería que viera que había estado llorando y erróneamente pensara que fuera por él, pero ¿quién más sería a esas horas de la noche?

No quería alegar con él ya que no quería que su relación terminara mal, si Jared quisiera ser solo su amigo y dejar de insistir en que lo perdonara, sería esplendido. Así no se harían más daño y Jared no le podría volver a bajar la moral al engañarlo con otro después de un tiempo. El timbre sonó de nuevo y se levanto con pesadez para ir a abrir la puerta.

Miró por el pequeño orificio que se encontraba en está y vio a quién menos esperaba a esas horas. En su cara se formo algo parecido a una sonrisa a pesar de la confusión,  y tristeza que sentía. Era lindo verlo ahí y de alguna u otra forma saber que lo estaba intentando reconquistar, era extremadamente dulce, pero al menos por el momento no quería una relación sentimental con nadie. Tal vez nunca más, eso sería demasiado riesgoso para su ya dos veces lastimado corazón.

Abrió la puerta y ambos se miraron.

—Hola —habló primero Tom.

—Hola —contestó el pelinegro, la media sonrisa aún seguía en su 
rostro, pero alguien quién en verdad conocía a Bill, estaba seguro de que esa no era ni un asomo de autentica sonrisa por parte del pelinegro— ¿Qué haces aquí?

—Oh, bueno, yo solo…. solo te venía a dejar esto —llevó su mano derecha al bolsillo de su pantalón, pero antes de tomar el celular de entre estos, Bill hablo de nuevo.

—Soy un grosero, pasa por favor —se hizo a una lado de la puerta y Tom entro.

—Gracias —dijo mientras entraba.

—Bien, ¿qué era lo que decías? —se miraron de frente.

—Oh, yo solo te venía a dejar tu teléfono, lo dejaste olvidado en la oficina y pensé que lo necesitarías.

—Muchas gracias —dijo el pelinegro en tono distraído, como si su mente divagara a millones de kilómetros de donde estaba y Tom supo que algo andaba en verdad mal. Bill tomó su celular de las manos de Tom rápidamente.

—¿Qué... qué te pasa? —cuestionó el trenzado con voz preocupada. No era normal ver a Bill tan serio, tan callado, tan distraído y ese Bill que tenía ahora frente a él le recordaba a uno que conoció en alguna época de su vida y que no le gustaba mucho, en realidad nada. Le recordaba al Bill que lo había dejado en Alemania. Al Bill al cual él había engañado y roto su corazón como si de una hoja se tratase.

Tal vez se habría peleado con Andreas o con Jared, aunque eso no era muy posible después de que los había visto besándose apasionadamente esa mañana. Tal vez solo estaba cansado. Tal  vez le pasaba algo más.

—Nada, no me pasa nada —Bill lo sacó de sus pensamientos y se dio cuenta que sin querer se había quedado viendo directamente a los ojos del pelinegro, como si quisiera leerle la mente, cosa que por supuesto no lograría ni en un millón de años, pero sabía que algo le sucedía a su contrario.

A su cabeza llegó rápidamente una espantosa idea, tal vez el problema era él y Bill no lo quería ver en su casa o le incomodaba su presencia. Sentía que se le estrujaba el corazón de solo pensarlo.  Aunque no entendía por qué si él y su ex novio habían llegado al acuerdo de que serían amigos, ¿y si se había arrepentido y ya no lo quería más en su vida? Seguro que era eso y él se daría contra la pared por haber sido tan idiota en el pasado.

Bill le había dicho que aún lo amaba esa misma tarde, pero quizás eso no era suficiente.

Aunque le dolía sabía que el que Bill no lo quisiera en su vida era lo más lógico y no le culpaba por nada de eso ya que se lo merecía con creces.

—Creo que es por mí, así que mejor te dejo —comenzó a decir mientras se caminaba los pocos pasos que habían entre él y la puerta, rogando internamente porque Bill lo detuviera y le dijera que él no era la causa por la que lucía tan distante y le contara el verdadero problema, pero no veía que el pelinegro hiciera nada.

Desganado, abrió la puerta resignado a no molestar más con su presencia al pelinegro. Se sentía igual que el día en que Bill lo había dejado parado bajo la lluvia aquella vez que lo había descubierto con Andrej. Aunque en aquel entonces no lo hubiera querido reconocer y se había dicho miles de veces que se sentía así de vacío porque ya nunca tendría a Bill en su cama, la realidad era otra totalmente diferente. En aquella ocasión, como en esta, el sentimiento de vacío y desesperación lo abordaban por solo un tórrido y abrumador pensamiento que sentía que le cortaba la respiración: perder por siempre a Bill.

De nuevo.

—Tom —escuchó como el pelinegro lo llamaba y se detuvo bajo el marco de la puerta, su corazón latía aceleradamente esperanzado. 

Se giró lentamente y pudo ver que Bill seguía parado en el mismo lugar.

—Gracias por traerme mi celular —y el corazón de Tom se quebró. 

Le dedicó una leve sonrisa que no supo ni de donde saco fuerzas para formarla en su rostro y salió a paso rápido.
Era definitivo, lo había perdido de nuevo y está vez, era probable que para siempre. 


Bueno, esto es todo por hoy, espero y les haya gustado y de ser así les agradecería mucho que me lo hicieran saber con un comentario de su parte, ya sea para bien o para mal.
Sé que a muchas les cae mal Jared y estoy segura de que ahora lo odiaran más pero bueno, también se debe de sentir feo no ser correspondido por quién haz luchado por durante cuatro años, aunque claro que eso no justifica nada. Me da penita Robert :$ ¿ustedes creen que Jared lo ame como Bill dice? 
¿Qué les pareció la actitud de Bill? pobrecillo, no lo odien, solo esta un tanto aturdido con todo lo que ha pasado, ya veremos que más pasa entre el y Tom y por cierto, se acerca el M-preg *yeeah!*
¿Dudas? ¿comentarios? las invito a que se suscriban a mi blog para que reciban las actualizaciones de este fic. Sin  más las dejo, besos hermosas. 


domingo, 2 de diciembre de 2012

¡GEORGE CRAIG ME SIGUE!

O al menos lo hace en twitter xD
Me prometí no publicar otra cosa que no fueran mis fics aquí pero no lo puedo resistir. 





Bien, el es el primer famoso que amo a sobremanera y me sigue, además de que amo a su banda llamada ONE NIGHT ONLY, ¿alguna vez la han escuchado? si no es así, háganlo, no se arrepentirán. :D

Cabe decir que cuando vi que me envió una solicitud para seguirme en twittah casi me hago pipí de la emoción, es que lo amo demasiado y así, además gracias a su música y en particular a su canción "Bring me back down" me llegó la idea de escribir "All that i want is you..." que es uno de mis fics, muy aceptado por cierto y que esta en este mismo blog, supongo que algunas ya lo han leído. :'B 

Él también tiene un personaje en ese fic ya que no lo podía dejar fuera y es George, *sí, soy bien retrasada y lo dejé como se llama en la vida real e_e* el primo de Tom que con el tiempo tiene una relación con Andreas que es el amigo de Bill y así todo se relaciona. 

Well, para las que no lo conozcan es él mi amor muso inspirador. <3 nbsp="nbsp" span="span">

Primera portada de "All that i want is you...", como verán él esta ahí. :)

George, esta foto la subí una vez a THF.es para que lo conocieran. 
Mi hermoso George Craig.
Él esta en la primer portada de "All that i want is you..."