sábado, 23 de marzo de 2013

Mundos Alternos


¡Hi Biersack lovers! bien, aquí les traigo un nuevo capitulo, sé que tengo DEMASIADO abandonado este fic, pero lo estoy retomando de nuevo, así que pronto tendrán nuevo capitulo. Gracias por leer.  

CAPITULO 9




Era un nuevo día. Bill se despertó cuando unos rayos de sol le iluminaron la cara, terminando con su plácida siesta. Se sentó en la cama y se talló los ojos, tratando de averiguar si en verdad era novio de Andrew o sólo había dormido por mucho tiempo y era todo un sueño.
Su celular comenzó a sonar de pronto y lo tomó de la mesita de noche sobre la que se encontraba.

“Buenos días precioso, espero y no estés refriado. Te veo en el estudio. Te quiere mucho este pijo de mierda. Besos.”

No, no había sido un sueño. Era real y Andy era su sexy novio.

Una sonrisa apareció en su rostro, tenerlo a él a su lado lo hacía sentir muy bien, más fuerte y seguro de sí mismo. Nunca se habría imaginado que las cosas pasarían tan rápido entre ellos,  el día anterior a esas mismas horas ambos se “odiaban” a muerte, o mejor dicho, ninguno de los dos había admitido sus sentimientos hacía el otro.

Se levantó y se dio una rápida ducha, no se le hacía tarde, pero quería arreglarse y verse lo más lindo que pudiera para Andrew.

Salió de la ducha y se vistió poniéndose unos pantalones negros entubados y una playera en color rojo con el logotipo de Metallica. Se planchó el cabello negro y le dio algo de volumen con un peine, después se maquilló como siempre solía hacerlo con sombras negras sobre los ojos y algo de gloss transparente en los labios.     

Fue hasta la cocina y se preparó huevos revueltos y un café negro, los cuáles se comió con mucho entusiasmo ya que desde medio día del día anterior no se había llevado nada al estómago. Con el éxtasis del momento ante la declaración de Andy, hasta de comer se había olvidado y ahora su cuerpo se recuperaba con ganas.

Terminó de desayunar y fue a su habitación de nuevo, vio la hora en su celular y ahora sí que se le hacía tarde, pero la persona jodidamente sangrona que le podía reclamar su impuntualidad ahora era su novio, así que no había mucho de qué preocuparse, pero tampoco sería un irresponsable, así que tomo rápidamente su chaqueta, su celular y salió corriendo del departamento.

Iba ensimismado en sus pensamientos y con la cabeza baja, acomodándose mejor la playera sobre su delgado cuerpo, ya que al ponerse la chaqueta de cuero se le había desacomodado un poco. El aire era muy frío y hacía que su nariz se pusiera roja.

—Vaya, pensé que nunca saldrías —escuchó esa voz que le ponía los vellos de punta y el corazón a bombear más rápido  de lo normal. Levantó la mirada y una sonrisa iluminó su rostro. Era él. Estaba recargado con los brazos cruzados frente a su pecho sobre su flamante ferrari rojo.

— ¿Qué haces tú aquí? Pensé que te vería en el estudio —preguntó Bill muy sonriente y apresuró el paso para acercarse a  donde estaba el ojiazul.

—Sí, no agradezcas, es un gusto venir a recogerte —habló sarcástico con la sonrisa de lado. Bill llegó frente suyo y Andy lo recibió entre sus brazos, rodeándolo de la cintura y atrayéndolo hacia él.

—Gracias por venir —dijo el pelinegro dándole un rápido beso de piquito—. Solamente quise decir que no me lo esperaba, como dijiste que nos veríamos en el estudio y eso.

—Iba a ser así, pero de pronto me entraron ganas de venir hasta acá por mi bello pelinegro testarudo, y bueno, aquí estoy —sus labios se unieron de nuevo, esta vez en un beso más largo. Después de unos gloriosos minutos se separaron.

Bill cayó en cuenta de que esos lugares no eran los más adecuados para alguien como Andy, mucho menos exhibiéndose en ese llamativo automóvil. 

—¿No es algo peligroso traer tu auto a estos lugares de la ciudad? —preguntó preocupado.

El lugar donde vivía Bill no era tan malo, pero sí que había una o dos pandillas de vándalos que vigilaban en busca de nuevas víctimas. Por suerte, Bill no tenía nada valioso y al parecer los tipos de las pandillas se habían dado cuenta, ya que nunca se habían metido con él. No sabía si no lo habían hecho exactamente por eso o porque eran conocidos de Tom. Tal vez hasta el mismo Tom les había pedido que cuidaran de él. El chico de rastas siempre lo protegía de todo y todos, aunque no lo necesitara.

—Sí, tal vez, pero no pude evitar desviarme de camino al estudio para acá, así que simplemente no pensé en eso hasta ahora que lo mencionas.

—Irresponsable. —gruñó Bill. 

—Desagradecido —contraatacó Andrew.

Bill rodó los ojos, ambos parecían niños peleando.

—Vale, da igual, solo no vuelvas a venir por estos lares en esta cosa —dijo tocando la lamina del techo del auto.

—¿Cosa? —preguntó fingiéndose ofendido, en el acto hizo un lindo puchero que a Bill le dio risa.

—Amas mucho a tu auto… ¿no? —comentó, Andy  miraba expectante la pícara sonrisa del pelinegro.

—Mucho —afirmó a la vez con la cabeza.

—¿Más que a mí? —Bill alzó su ceja derecha demandando una respuesta.

—Mmm… —el ojiazul hizo como que pensaba la respuesta, solo para molestar a su testarudo novio.

—¡Hey! ¡Deja de pensarlo, idiota! —Bill le golpeó el pecho levemente con la mano izquierda— ¿Acaso quieres más a este pedazo lujoso, brillante y caro de hojalata? —ambos chicos sonrieron ante las palabras dichas por el pelinegro en su vago intento de ofender al lujoso ferrari.

—¡Obvio que te quiero más a ti, niñato tonto!  —le aclaró Andrew sólo por si su contrario lo dudaba. Y era cierto, increíblemente cierto.

Andy era levemente más alto que Bill y alzó su cara con su mano derecha para juntar sus labios con los de él.

—Sabia la respuesta —sonrió Bill con autosuficiencia después del beso.

—Aunque ya sabes, este auto es tan ¡WOW!

—¿Intentas darme celos con un auto? —preguntó divertido. 

—No es cualquier auto… —el ojiazul miró de reojo a su auto y dio un corto suspiro fingido.

—Cállate, Andrew… —lo cortó tajante el pelinegro y después besó de nuevo a su novio. Dentro del beso ambos sonrieron, era claro que esa era su primera estúpida pelea sin sentido como pareja. Luego de eso subieron al auto y emprendieron camino directo al estudio.

Llegaron a las oficinas del edificio e iban tomados de la mano, lo que provocaba miradas curiosas y cuchicheos entre los presentes, pero era obvio que nadie se atrevería a decir nada del hijo del dueño, la persona por la cual tenían dinero para comer.

—Pensarán que tu padre me dio el contrato porque anduve de arrastrado contigo y no por nuestro talento —dijo Bill con un deje de angustia en la mirada.

—Tú, mi padre, la banda y yo sabemos que no es cierto —le dedicó una cálida sonrisa— y eso es en realidad todo lo que importa —le guiñó el ojo derecho— ¡Que se joda el puto mundo! —gritó un poco alto para que todos los presentes escucharan que no les importaba los rumores que dijeran. Bill comenzó a reír con ganas.

—¡Estás loco!

—Por ti… —le susurró acercándose a su oído y dando una rápida lamida que estremeció a su contrario, haciendo que sus mejillas se tintaran rojas.

Subieron al elevador y en menos de dos minutos ya estaban en el último piso del edificio, justo frente a la 
oficina de Steven.

—¡Yo no quiero entrar ahí! ¡Tu padre nos va a castrar a ambos! —dijo Bill dramáticamente.

—Tranquilo Bill, él lo entenderá —trató de tranquilizarlo, lo que funcionó un poco ya que el semblante del pelinegro se relajó un poco.

— ¿Tú lo crees así? ¿Crees que entienda nuestra relación?

—Sí, y si no existe el sexo oral, no afectara mucho que nos mande a castrar —comentó divertido, a lo que  Bill le pegó un manotazo en la espalda y luego lo besó; le encantaba su extraña forma de intentar tranquilizarlo.

 —¡Vete al infierno, Andrew! —dijo Bill deshaciendo el beso.

—Solo si te vas conmigo, Kaulitz —ambos rieron ante lo dicho, y una vez armados de valor, se dispusieron a entrar.

Cuando entraron, vieron a Steven sentado detrás de su gran escritorio revisando unos archivos que tenía sobre él. Bill no podía creer qué le dirían, pero tenían que hacerlo. El pelinegro no se imaginaba que secretamente Steven lo quería como novio para su hijo, pero, ¿quién creería que un rockstar internacional como él querría que su hijo tuviera un novio en vez de novia?

Y no es que ese fuera el caso, de que Steven quisiera que su hijo fuera homosexual, lo único que quería era alguien con quién Andy pudiera intentar ser cada vez mejor persona, alguien a quién amar y por quién preocuparse, que lo compenetrara y lo hiciera pensar mejor las cosas antes de hacerlas. Bill podía ser la salvación de su querido hijo.

La vida de un rockstar como él era muy ajetreada, por lo cual se había perdido casi toda la infancia de Andrew y parte de su adolescencia, pero ese era el trabajo de sus sueños al fin y al cabo. Quería creer que Andy entendía que lo había hecho por ambos, y que gracias a su trabajo él podía gozar de todos los lujos que tenía.

Levantó la vista de las hojas que tenía entre sus manos y vio cómo avanzaban hacia él los dos chicos. Bill se veía nervioso y más pálido de lo normal y se imaginó por qué.

—¡Hola chicos! Los estaba esperando… —habló Steven muy sonriente desde su escritorio. —Bueno, a ti en realidad no Andy, pensé que estarías con tus amigos o algo.

—Pero aquí me tienes.

—¿Y a qué se debe si puedo saber? —dijo cruzándose de brazos—. Si es porque quieres alguna de tus inservibles excentricidades, desde ahorita te digo que no. —ambos chicos comenzaron a reír, logrando que Bill tomara un poco de su color normal.

—No, no es por eso —dijo tomando asiento en la silla que estaba frente a su padre. Bill hizo lo mismo—. Es por otra cosa, algo que Bill y yo te tenemos que decir.

Bill casi se puso morado, no quería ni respirar.

—No me digan que atropellaron a alguien —sugirió Steven, sólo para hacerlos sufrir más ya que él sabía lo que le querían decir.

—No es eso tampoco —habló Bill por fin—. Es… es… —volteó a ver a Andy, no quería ser él el que le informara a su jefe de su relación con su hijo. Podía jurar que ahí se acababa su carrera como artista.

—Bill y yo estamos saliendo —dijo Andrew rápidamente con tono decidido, su padre no podía reaccionar tan mal, él de verdad quería al pelinegro y su papá debía aceptarlo—. Yo lo quiero, papá y quiero estar con él.

Steven no decía nada, se mantenía inexpresivo en su lugar y Bill sentía que iba a desmayarse ahí mismo en cualquier momento de los nervios.

—Yo… —empezó a balbucear el pelinegro.

—¡Aleluya! ¡Pensé que nunca se darían cuenta de lo que sienten el uno por el otro! —dijo al fin Steven con una enorme sonrisa dibujada en el rostro.

— ¿Qué? ¿No me va a sacar a patadas? ¿Insultar? ¿Algo? —preguntó el pelinegro rápidamente, no podía creer que el gran rockero aceptara esa relación tan fácilmente. Andy empezó a reír por la loquísima imaginación del pelinegro y Steven lo siguió.

—Simplemente no veo por qué habría de hacerlo, muchacho. Si mi hijo te quiere, entonces yo también te quiero para él.

—Gracias, papá —dijo el ojiazul, levantándose de la silla y caminando hacia su padre—. En verdad eres el mejor —y lo abrazó.

Steven supo que lo que estaba haciendo era lo correcto, no lo dudaba ni un poco. Él solo quería lo mejor para su único hijo, y eso significaba apoyarlo en todo, aún si los medios de comunicación lo criticaban por tal acto.

Cuando  Andy rompió el abrazo que mantenía con su padre, Bill creyó que lo más adecuado era solo decirle gracias, ya que además de que era el padre de su novio, también era su jefe y no lo podía andar abrazando como si nada, ni aunque se sintiera tan extasiado de felicidad.

—Gracias por aceptar que estemos juntos, señor — le agradeció Bill muy sonriente, todo lo que estaba viviendo era irreal.

—¡Nada de “gracias señor”, ven acá! — se levantó de su asiento y le extendió los brazos para abrazarlo. Bill dudoso y algo cohibido se acercó a él y  le correspondió, se sentía muy feliz de que por fin las cosas estuvieran yendo bien. Bill miró por detrás del rockstar y vio como Andy —que estaba detrás de Steven— le guiñaba el ojo derecho, y éste se sonrojó instantáneamente.

—¡Wow! ¡Definitivamente usted es la persona más genial del planeta tierra! —dijo cuando deshicieron el abrazo.

—Sí, bueno, eso es verdad —confirmó altivamente, ahora veía de dónde venía el carácter de Andrew. Hijo de tigre, pintito.

—Vale, ahora que la bomba ya explotó y no causó daños, ¿a qué hora comenzaremos a grabar la voz de Bill? —cuestionó el ojiazul, mientras todos se sentaban de nuevo en los lugares en los que anteriormente habían estado.

—De hecho, creo que hoy no haremos eso —Bill lo miró confuso y se explicó—. Sí, es que también cité a los demás chicos, a Georg, Gustav y Tom para ver qué arreglos le podíamos hacer a las canciones que ya tienen.

 A Andy no le pareció la idea de que Tom también iría. Saber que estaba tras su Bill lo sofocaba y le disgustaba a sobremanera. Bill y Steven se dieron cuenta de la mueca de disgusto que hizo el ojiazul, pero nadie dijo nada.

—¡Genial, vienen todos! —se quejó.

—No es necesario que estés presente Andrew, te puedes ir a hacer otras cosas, te aseguro que Bill va a estar bien. —le dijo el mayor de los Tyler muy serio.

Una cosa era que Bill fuera su novio y otra cosa era el trabajo. Además sabía que el pelinegro no haría nada indebido y Andy tenía que empezar a confiar en él, sino su relación terminaría más rápido de lo que había comenzado.

—Tu papá tiene razón, nos podemos ver más tarde —sugirió actuando tranquilo, aunque por dentro no lo estaba. Sabía que Andrew no tragaba al trenzado por él, porque creía que entre ellos dos podía llegar a haber algo más que una simple amistad. El ojiazul miraba a su novio seriamente.

Tenía dos opciones, irse a cualquier lugar a sentirse jodidamente celoso y miserable durante unas cuantas horas o quedarse ahí, estar cerca de su novio y de paso fastidiar al gilipollas de Trümper. Una sonrisita malévola apareció en su rostro y los otros dos presentes ya sabían cuál sería su decisión.

Andrew no pensaba dejarlo con ese tipo, él tenía que estar ahí para asegurarse de que Tom viera que Bill ahora era su novio.

—No, me quedaré, como tú dijiste papá. Necesito aprender más sobre el negocio musical para poder manejar la empresa en un futuro —dijo sonriente, sabía que al final se saldría con la suya como siempre.




One Shots

Love Story


Clasificación: +5
Categoría: Slash
Advertencias: Twincest - No relacionado. 
Género: Romance, Songfic. 
Disclaimer: Ninguno de los personajes me pertenecen, lo demás es de mi autoría. No se busca ofender a nadie con esto.
   

Resumen:  Esta es nuestra historia de amor, solamente tienes que decir "sí"...

CAPITULO ÚNICO


Nota de Suicidio

 Clasificación: +18
Categoría: General.
Advertencias: Violencia, lenguaje explicito.
Género: Drama. 

Disclaimer: Ninguno de los personajes me pertenecen, lo demás es de mi autoría. No se busca ofender a nadie con esto.
  



 Resumen: -¿Con que nos quieres matar eh? –Río mientras me miraba burlonamente.- Pues te quedarás con las ganas. ¡No tienes los cojones suficientes para hacerlo marica! –Y empezó a romper mi cuaderno con cada uno de mis dibujos. Yo lloraba, pero no porque me dolieran los golpes, sino porque sabía que era un cobarde como para hacerlo. Él tenía razón.


Si los demás te hacen daño… ¿Por qué también tú te lo haces?


Lluvia de Noviembre

Clasificación: +18
Categoría: Slash.
Advertencias: Billsack.
Género: Drama, Romance, Songfic.
Disclaimer: Ninguno de los personajes me pertenecen, lo demás es de mi autoría. No se busca ofender a nadie con esto.  




Resumen:Él creyó estar enamorado, pero no era así. Él otro chico era solo su forma de escape, su forma de huir de esos sentimientos impuros que desde meses atrás le atormentaban.

Intento matarlo miles de veces, su corazón nunca se lo permitió. Lo seguía amando, lo seguía odiando, lo seguía recordando.

“Nada dura para siempre, incluso la fuerte lluvia de noviembre…”




Rebel Yell

Clasificación: +16
Categoría: Slash.
Advertencias: Billsack, lime, lenguaje explicito. 
Género: Romance, songfic.
Disclaimer: Ninguno de los personajes me pertenecen, lo demás es de mi autoría. No se busca ofender a nadie con esto.  


Es dulce, carismático, rebelde, sigue sus sueños y no se doblega ante nada ni nadie. Es un pequeño ángel al que no le gusta la esclavitud, pero desde que lo conocí yo soy su fiel y rematado esclavo ¿Qué se le puede hacer?


-No recuerdo tu nombre ¿Cómo dijiste que te llamabas?

-No te lo eh dicho. –Le sonreí burlonamente.

-Touché.





viernes, 22 de marzo de 2013

Fan fics

ALL THAT I WANT IS YOU...

Autora: IsisWonkaVonKaulitz
Clasificación: +18
Advertencias: Incesto - No relacionado, Lemmon, M-preg, 
Género: Drama, Romántico, Universo Alterno.
Pareja principal: Bill - Tom.

Disclaimer: Ninguno de los personajes me pertenecen, lo demás es de mi autoría. 


Bill y Tom han sido novios desde un año atrás. Bill ama a Tom y cree que él lo hace de igual manera, pero está equivocado. Un nuevo alumno llega al Colegio al que ambos  asisten y ahí el pelinegro se da cuenta de que Tom en verdad no lo amaba como decía.

¿Cómo reaccionarías ante la traición de la persona que más amas?

¿Qué sentirías si te das cuenta de que la persona que amas nunca te amó como decía?

Tom se dará cuenta de su error demasiado tarde.

Tráeme de vuelta, estés donde estés, todo lo que quiero es a ti…

Capitulo 1: De nuevo al colegio
Capitulo 2: Tonto enamorado
Capitulo 3: Pobre ingenuo...
Capitulo 4: Él no me mentiría, nunca lo haría...
Capitulo 5: ¿Me extrañarás? 
Capitulo 6: Su sonrisa
Capitulo 7: Él es veneno...
Capitulo 8: Los ángeles no deben llorar. 
Capitulo 9: Incompleto
Capitulo 10: ¡Yo no soy igual que él! 
Capitulo 11: Adiós
Capitulo 12: Tom no arruinaría mi vida, Tom no arruinaría este día. 
Capitulo 13: Buscando culpables
Capitulo 14: Como si estuviera hecho de cristal, como si estuviera hecho de papel...
Capitulo 15: Miedo al amor...
Capitulo 16: Nopales, proyectos y celos...
Capitulo 17: Suspiros...
Capitulo 18: Pista de hielo.
Capitulo 19: ¿El primer paso? La aceptación.
Capitulo 20: Escúchame ahora. ( I PARTE)
Capitulo 21: Escúchame ahora. (II PARTE)
Capitulo 22: Orgullo
Capitulo 23: Stalker
Capitulo 24: Te extraño...
Capitulo 25: Él último beso...
Capitulo 26: Nuevo trabajo, vida nueva.
Capitulo 27: Destino
Capitulo 28: Chico lindo
Capitulo 29: Encuentros inesperados

Capitulo 30: Nunca aprenderemos. 

Capitulo 31: Todo lo que quiero es a ti. 
Capitulo 32: Tu no me puedes hacer esto
Capitulo 33: Lo admito, te amo. 
Capitulo 34: De nuevo.
Capitulo 35: No es igual.
Capitulo 36: No te alejes de mí. 
Capitulo 37: Rompecabezas. 
Capitulo 38: Vuelos y promesas. 

Capitulo 39: ¿Por qué yo?
Capítulo 40: No quiero volverte a perder.
Capítulo 41: La familia más loca del mundo.
Capítulo 42: Conclusiones.
Capítulo 43: Propuesta.
Capítulo 44: No todo es color rosa.



MUNDOS ALTERNOS

Autora: IsisWonkaVonKaulitz
Clasificación: +18
Advertencias: Lenguaje explicito, Lemmon, M-preg, 
Género: Drama, Romántico, Universo Alterno.
Pareja principal: Bill Kaulitz - Andrew Biersack (BILLSACK)
Disclaimer: Ninguno de los personajes me pertenecen, lo demás es de mi autoría. 


Él era el hijo de una leyenda del rock, egocéntrico, engreído, altivo… podía tener lo que quisiera a la hora que fuese.
Él otro por su parte, era un chico que tenía un único sueño ¡Ser una estrella reconocida de rock!
Mundos muy diferentes, personalidades muy parecidas, al final alguien tiene que ceder.

¿Podrías dejar de ser tan egoísta y amar algo que no seas solo tú mismo?
Si ríes el mundo ríe contigo, pero si lloras lo haces solo… ¿Ahora entiendes?




All that i want is you...

Hi, se supone que este es el capitulo 30 y hasta ahora (6 capítulos después), me doy cuenta de que no lo había colgado. Lo siento muchísimo  de verdad. Gracias por leer. 

CAPITULO 30: Nunca aprenderemos. 


Bill estaba en estado de shock, no podía creer que el pretendiente de su amigo fuera justamente George, su compañero de trabajo, y peor aún, primo de Tom.

Seguía igual de atractivo como cuando lo dejo en Alemania, ¡no! ¡estaba aún más guapo!, aún conservaba sus antiguas trenzas, esas que tanto le gustaba tomar entre sus dedos mientras se besaban, el piercing en el labio, con el que jugaban entre beso y beso cada que podían.

Tanto que había querido evitarlo, y ahí estaba frente a él, perdiéndose  uno en la mirada del contrario. Su corazón latía tan rápido que creía que se le saldría del pecho por la boca.

George lo noto, y aunque no quisiera romper ese mágico momento, tuvo que hacerlo ya que vio a Andreas detrás de Bill.

—¿Podemos pasar? —pregunto George al pelinegro.

—Cla… claro. —contesto Bill. Tenía ganas de gritarle a ambos que mierda hacían ahí, pero eso era más que obvio. George era el pretendiente de Andreas, su amigo lo quería y tendría que aprender a vivir con Tom apareciéndose por todos lados.

Entraron al departamento, el chico de trenzas iba atrás de su primo y Andreas se quedo de piedra al ver a Tom ahí.

Tom ni siquiera había notado su presencia, seguía viendo a Bill que estaba parado a un lado de la puerta, tratando de acomodar sus ideas y pensar con claridad, no le quería arruinar la noche a su amigo con sus problemas del pasado, así que intentaría fingir que todo estaba bien, y que no estaba sintiendo esas millones de mariposas en sus entrañas.

—¡Hola!  —saludo el chico de risos color chocolate a el rubio, acercándose a él para darle un beso en la mejilla, pero este no dejaba de ver a Thomas ¿Qué hacía él ahí?

George supuso que al Bill ser ex novio de Tom y Andreas mejor amigo de Bill, se conocerían, por lo tanto solo quedaba aclarar su parentesco.

—Él es mi primo Tom, viene de Alemania. —se haría el tonto, quería escuchar la versión que el rubio le daría de su primo.

—Sí, bueno, ya nos conocemos. —fue lo único que dijo. George no le pregunto nada, y eso se le hizo raro, ya que alguna otra persona le habría preguntado de donde le conocía a su primo, pero George era demasiado raro, así que no se le haría extraña su falta de interés en el asunto.

Tom por fin le miro a Andreas y le sonrió, el rubio le sonrió de vuelta, no quería portarse grosero aunque para él el trenzado se lo merecía.

Andreas miro hacia donde estaba Bill, y vio que este no se quería ni mover de su lugar. Era como si quisiese que la tierra lo tragase.

—Bill ven, te quiero presentar a…

—Lo conozco, el es mi compañero de trabajo. —le interrumpió Bill antes de que terminara de hablar. George le dedico una gran sonrisa.

—¿Enserio? —pregunto Andy, el mundo en verdad que era pequeño.

—Sí, llevamos ya un tiempo trabajando en la misma empresa. —intervino George. No sabía porque pero todo se le hacía tan divertido, ver la cara que Bill y Andreas tenían era todo un poema.

—¿Y porque no me lo habías dicho Bill?  — le susurro a Bill débilmente.  

—¿Cómo iba a saber yo que tu George era mi compañero de trabajo? hay tantos que podría ser cualquier otro. —le contesto Bill de la misma forma.

Se estaba mareando con todo, era mucho para él volver a ver a Tom y saber que Jared estaba a solo unos cuantos metros de ellos.

Andreas estaba preocupado y feliz a la vez. Preocupado porque sabía que Jared estaba ahí y no quería que se armara un escándalo entre Tom y el ojiazul. Pero por otro lado estaba feliz porque George estaba ahí, con él, y lo que nunca hubiera pensado, era primo de Tom.

Miro a Tom por unos segundos y observo cómo este miraba a Bill, era como si el pelinegro fuera su todo, como si estuviera viendo a un ángel, lo miraba embelesado y Bill se rehusaba a alzar la cabeza, sus mejillas tenían un color carmesí que era encantador.

Él, a diferencia de Bill, era mucho de creer que si la vida te reúne con una persona de tu pasado, es por algo. Y si ese algo era que Bill y Tom estuvieran juntos de nuevo para ser felices, él haría lo que fuera. Quería mucho a Jared sí, pero nada comparado con lo que quería Bill y estaba dispuesto a hacer por él.

—Con permiso, voy a la cocina. —ya no lo soportaba más, sabía que sus mejillas estaba sonrojadas y no quería que los presentes pensaran cosas que no eran.

El pelinegro se dirigió hacia el pasillo que daba para la cocina, quería echarse un poco de agua para refrescarse, pero en su intento, Thomas se puso en su camino.

—Hola… —dijo débilmente, era como si tuviera miedo a que Bill lo rechazará, y así era, lo tenía, tenía tanto miedo de que Bill le reprochara el pasado.

Su frente comenzó a sudar, y eso que estaban a 0°C, ya que hacía mucho frió en esos días, pero la sola presencia de Tom frente a él lo ponía nervioso, no quería perder el control y caer de nuevo, se veía tan vulnerable ante él, no quería, se rehusaba a volver a tropezar con la misma piedra.

Justo cuando iba a contestarle un simple “hola” y huir de ahí lo más pronto posible, Jared salió de la cocina.

—Hey, porque no me dicen que el invitado ya lle…—no pudo terminar la frase, frunció el seño, estaba muy ofuscado ¿Qué mierda hacia ese hijo de puta ahí? ¿acaso era una pesadilla? ¿una puta broma de mal gusto? ¡no! ¡no lo era! Tom estaba ahí y estaba justo frente a Bill.

Bill se alejo rápidamente de Tom y se puso lo más alejado de Jared y su ex novio, el ojiazul enojado por esta acción, fue hasta él y tomo de la mano al pelinegro. Bill miró a cualquier lugar, menos a Tom.

El trenzado cerró sus puños. Estaba tan molesto con Bill ¿Por qué rayos seguía siendo novio de ese intento de rockero fallido? pero sobre todo estaba enojado con él mismo, por haber sido tan imbécil, Bill no tenía la culpa de nada.

Mientras tanto George trataba entender todo, suponía que el chico que había salido de la cocina instantes atrás era el novio de Bill, el tal Jared del que Tom le había hablado, al que tanto odiaba por haberse aparecido entre el pelinegro y él. Aunque una parte, una pequeña parte guardada muy en el fondo de su corazón, estaba agradecida con él, ya que Jared no había dejado que Bill se hundiera en el fango en el que él lo había dejado.

Andreas vio la tención que se había formado de repente y decidió hacer acto de presencia.

—Jared, el es George, el amigo del que te hablé. —Jared sonrió, el tampoco quería arruinarle la cita a Andreas, sabía lo mucho que el chico le gustaba y no haría nada para arruinarlo. Bill era suyo, además estaba seguro que su novio seguía teniendo resentimiento hacia Tom.

George y Jared se saludaron, tuvo que soltar la mano de Bill para poder hacerlo.

“Jodido traidor” pensó Tom cuando vio como ambos chicos de ojos azules se saludaban amistosamente.

—Eh oído hablar mucho de ti George. —le dijo Jared amistosamente.

—Oh ¿enserio? —volteo a ver a Andreas y vio el sonrojo que inundaba sus mejillas, se veía tan adorable, que hasta le daban ganas de correr y apretárselas, o mejor aún, besárselas.

—Sí —se volteo rápidamente y miro a Tom —creí que nunca más te volvería a ver. —le dijo despectivo, en su voz se notaba la irá acumulada que trataba de tragarse lo más que podía.

—Sí, bueno, es una verdadera lástima que tu gran sueño no se haya cumplido.  —le contesto Tom un tanto burlón, y con esa sonrisa que al pelinegro le ponía los nervios de punta y a Jared solo le hacía rabiar. Aún seguía conservando su carácter, el no se dejaría de nadie, mucho menos del intento de rockero fallido como él le llamaba.

Ahora solo había una persona que podía con él, y esa persona parecía querer desaparecer de ahí en ese mismo instante.

Jared tomo a Bill por la cintura, solo para cabrear más a Tom, podía ver el amor con el que lo miraba.  Bill hizo el intento de zafarse pero el ojiazul no lo dejo.

—Pasemos a la mesa, o la comida se enfriará. —habló por fin Bill logrando deshacer el abrazo y jalando a Jared de la mano.

—Sí, vamos. —contesto George en un intento de que la situación no se pusiera fea.

Andreas, George y Tom caminaron hacia el comedor, Bill iba a hacer lo mismo, pero antes de que tan siquiera lograra dar un paso, Jared lo jalo hacia el baño de la casa, que estaba retirado del comedor.

—¿Me puedes decir que mierda hace el aquí?  —le miro furioso y apretó al pelinegro del agarre que mantenía en su hombro izquierdo, Bill frunció el seño, no dejaría que Jared, por más su novio que fuera, le tratara de esa forma.

—¡Suéltame que me lastimas idiota! —le contesto enojado —yo no sé que hace aquí, créeme que estoy igual de sorprendido que tú.

—¿Cómo no lo ibas a saber? ¿Qué no dijiste que ese tal George era tu compañero de trabajo? — grito.

—Sí, pero yo no había visto a Tom, —mintió— no vivo al pendiente de la vida de George como para saber quien llega a su casa o no, además yo no sabía ni que George era antes de que llegara, hay millones de personas en el mundo con ese puto nombre, así que no me vengas a joder.

Jared no le creía nada, pero haría como que lo hacía, no quería estar peleado con Bill ya que ese sería solo un punto a favor de Thomas, ahora tenía que estar más cerca de su novio que nunca, no quería perderlo.

Bill salió del baño enojado con su novio, y Jared lo siguió rápidamente tomando su mano de nuevo.

—Te creo. —le dijo ahora más tranquilo y se la beso.

Entraron a la habitación del departamento donde se encontraba el comedor y vieron como ya estaban todos sentados esperándoles.

Cuando llegaron Andreas platicaba amenamente con George y Tom.

—Sí, y hubieras visto como estaba de rojo cuando hablaba contigo, parecía que se había tomado litros de kétchup y toda se hubiera quedado en su cara. —le contaba Tom a Andreas divertido, burlándose de su primo. 

George le golpeó a modo de juego.

—Claro que no, yo no soy así.

—No lo quiere admitir, es eso. —todos reían divertidos, incluso el objeto de burla de Tom.

Andreas estaba sentado en el extremo de en medio de la mesa y George estaba a su lado izquierdo, Tom se encontraba al lado de su primo. Jared se sentó al lado derecho de el rubio, por lo tanto a Bill le tocaba la silla de al lado de su novio, justo enfrente de Tom.

Pasaron los minutos y solo hablaban de cosas triviales mientras comían, el pulpo Paul era tema de controversia para ellos, nada en particular, pero al parecer Andreas y George estaban pasando un buen rato, al fin y al cabo, eso era de lo que se trataba.

La mirada de Tom junto con la de Bill se conectaron, haciendo que los antiguos amantes sintieran millones de esas mariposas de las que tanto hablaba la gente, en sus estómagos. Bill se sonrojo y Tom sonrió débilmente, el novio del pelinegro observaba todo.

Siguieron platicando, pero Bill no decía ni comía nada, solo se limitaba a jugar con la comida de su plato, estaba tan sumergido en sus pensamientos que ni siquiera se daba cuenta de que Jared y Tom observaban cada uno de sus movimientos.

Jared observo cómo miraba a su novio, y decidió hacer algo al respecto.

—Y dime Tom —el nombrado le miro, Bill salió del trance en el que se encontraba y miro a su novio— ¿lograste acabar la preparatoria o vienes a conseguir el sueño americano? —comento despectivo, quería rebajar a Tom lo más que pudiera, hacerle saber a Bill que él siempre sería una mejor opción, no como ese trenzado.

Tomo nuevamente la mano de Bill sobre la mesa y la acarició con su dedo pulgar, pudo notar como Tom apretaba los nudillos tratando de controlarse, y se sintió satisfecho de haber logrado la reacción que él quería que sintiera.

Bill no soportaba el ambiente que se había formado, quería irse de ahí lo más rápido que sus pies le permitieran, ¿pero a donde lo haría? esa era su casa; solo le quedaba una opción… ser fuerte.

—La acabe para sorpresa de muchos, y ahora por eso vengo, porque conseguí trabajo en la empresa donde trabaja mi primo y… y Bill.

Eso le cayó como un balde de agua fría al ojiazul, él no sabía que Bill y Tom estarían trabajando juntos.  Eso era inaceptable, no podía siquiera soportar la idea de que su novio estuviera cerca de Tom 30 segundos, menos una jornada de trabajo entera, en la que él no estaría para vigilarlos.

¿Qué si confiaba en Bill? No, no lo hacía en absoluto, sabía que el pelinegro seguía demasiado enamorado de su primer amor, aunque se negara a aceptarlo.

—¿Cómo está eso de que vas a trabajar en la misma empresa que Bill? —le pregunto a su rival, sentía que le explotaría la cabeza de toda la rabia acumulada que tenía.

—Sí, como lo oyes, George me ayudo a conseguir trabajo ahí, me lo dieron y pues heme aquí. —trato de sonar lo más natural posible.

—¡No puede ser! ¡Estoy seguro de que tú sabías esto y me lo has ocultado todo este tiempo!—grito furioso a Bill parándose de su asiento.

El pelinegro estaba demasiado apenado por  todo el drama que estaba armando Jared, pobre de su amigo, no se merecía que su cena se convirtiera en esa broma de mal gusto.

—¡No le levantes la voz! —le grito de vuelta Tom.

—¡Yo me puedo defender solo, gracias! —le dijo Bill a su ex novio, era cruel, pero no quería que se tomara atrevimientos que no le correspondían en lo absoluto.

—Dime ¿me has estado viendo la cara de imbécil todo este tiempo?

—No, y me ofende que pienses así de mí, pero no es el momento ni el lugar para aclarar esto, así que por favor retírate ahora mismo o podemos decir cosas de las que nos podemos arrepentir. —dijo serio.

Andreas y George solo miraban la escena que esos tres se montaban desde sus lugares, ninguno quería meter su cuchara donde no debían.

—Entiendo,  entonces me largo, ahora veo que el único estúpido aquí soy yo. —sus ojos se cristalizaron, tenía mucha rabia contenida, pero odiaba pelear de esa forma con su novio, la verdad era que nunca habían llegado a tanto.

—Eso es porque eres el único que está actuando como uno. —hablo el pelinegro débilmente.

Jared miro a Tom por última vez y luego de nuevo a Bill. Emprendió camino hacia la puerta de salida del departamento.

—Perdón. —fue lo único que dijo mientras pasaba al lado de donde estaba sentado Andreas y salió sin más.

Los segundos pasaron lento y un silencio sepulcral invadió la estancia. Todos miraban a Bill, que tenía un semblante devastador.

—Lo siento mucho chicos. —se disculpo con su mejor amigo y su cita.

Bill no pudo más y decidió hacer lo que mejor sabía, huir.

Salió del departamento y subió rápidamente las escaleras que dirigían a la terraza del edificio donde este se encontraba, solo quería aislarse del mundo y pensar por un momento. Solo por un momento olvidarse de todos sus problemas, confusiones, sentimientos.

Se sentó en el frió piso y se puso a admirar la ciudad tras sus ojos llorosos.  En todo el tiempo que había pasado con su novio le había tomado cariño, ahora le dolía que Jared lo tratara de esa forma, que le hiciera sentir como si le hubiera traicionado, lo cual no era así.


Pero también estaba él, y le dolía aún más saber que seguía siendo el mismo tonto enamorado de antes, tenía tanto miedo de no poder ser lo suficientemente fuerte como para alejarse de él, tanto que hasta quería regresar a Alemania de nuevo, pero no, ya no era el mismo chico con el corazón roto de 17 años, y tenía que aprender a enfrentar sus problemas como el hombre en el que ahora se había convertido.

Trato de secar las lágrimas que descendían por su rostro, pero simplemente volvían a salir más y más de los mismos, como si de una cascada se tratase.

De repente escucho unos pasos detrás suyo, el se encontraba de espaldas a la puerta de las escaleras, por lo tanto no podía ver quién era, pero podía deducir que se trataba de Andreas que iba a su rescate, como la mayoría de las veces en las que se sentía triste.

—No era mi intención que pelearas con él, —oyó una voz ronca a sus espaldas, esa voz que aún le lograba poner los cabellos de punta sin siquiera desearlo—. no estaba en mis planes encontrarte de nuevo, pero estoy agradecido de hacerlo.

Tom se sentó a su lado, y Bill le miro aún con los ojos llorosos.

—No es tu culpa, supongo que solo era cuestión de tiempo. —dijo triste mirando las luces de la ciudad, su vida amorosa cada vez iba de mal en peor, jodido Cupido, le podían dar por culo al muy cabrón.

—Creo que no debí de haber venido, créeme que no te quería causar problemas, ya suficientes te di antes. —bajo la cabeza apenado.

—Está bien, tú no sabías que yo estaría aquí así como yo no lo sabía, supongo que fue la suerte, destino, el karma tal vez… —se   encogió de hombros y sus miradas se encontraron, Bill le sonreía amargamente.

—Sé que me dirás que no pero… quiero que seamos amigos, ¿será posible? —Tom lo veía llorar en silencio, no lo quería confundir más insinuándosele, así que lo mejor que podía hacer por él era pedirle eso, era mejor eso a nada y alejar más a Bill.

—Supongo, solo olvidemos el pasado y tratemos de ser amigos, eso estaría bien. —le sonrió a lo que Tom hizo lo mismo.

Y de nuevo bajaba todos sus escudos frente a él, esos escudos que le había llevado años formar, ahora se iban a la mismísima mierda.

No quería seguir huyendo de él, estaba harto de eso, además era mejor tratarse como amigos ya que andarían en el mismo ambiente laboral, y sería muy incomodo seguir como lo hacían hasta ahora. El pelinegro sabía que eso molestaría a su novio ¿pero qué más daba? Aunque no fueran amigos, de todos modos él se seguiría molestando por el simple hecho de saber que trabajarían juntos.

—¿Te molesta mi presencia aquí? —pregunto Tom mirándolo directamente a los ojos. Bill no lo miraba, solo veía ningún punto en especial de la bella vista que tenían desde ahí arriba. Vahó debido al frió era desprendido de sus bocas cada vez que hablaban, haciendo que por la cercanía, esa especie de humo que ambos desprendían se mezclara uno con el otro, como si fueran uno solo.

—Sí. —contesto el pelinegro sin más.

—Entiendo.  —Thomas estaba dispuesto a pararse e irse de ahí, pero de repente Bill hablo de nuevo.

—Pero por alguna extraña razón no quiero que te vayas.

Entonces dejándose llevar por lo que su corazón quería en esos instantes, besó los labios del trenzado, el cual se había sorprendido ante semejante acción, pero que inmediatamente le siguió besando con más ahínco, cobijándolo con sus fuertes brazos de ese frió desgarrador, pero que era testigo de ese dulce y ansiado beso, cargado de amor y sentimientos reprimidos.

Podrían cometer mil errores, pero ellos nunca aprenderían.