miércoles, 23 de noviembre de 2016

All that I want is you...

Hola a todos, sé que me consideran una ingrata total porque me tardé DOS AÑOS para actualizar ésta historia, pero simplemente la inspiración no llegaba, y cuando llegaba, no tenía tiempo de plasmarlo. Pero despreocúpense que esa etapa de retraso ya pasó, y ahora estoy enfocada en terminar todas y cada una de mis historias, incluida ésta que es mi bebé. 
Espero que éste capítulo taaaan esperado les sea de su agrado, y de ser así que me lo digan en un comentario. ¡Muchas gracias por seguir aquí todos estos años! Esto ya casi concluye así que disfrútenlo.


CAPÍTULO 44: No todo es color rosa.


La imagen NO me pertenece, sino a su respectiva autora, la historia sí.


Personas más felices en el mundo no podía haber en ese mismo momento, Tom y Bill se sentían muy afortunados ante la espera de su bebé, no podían creer que la vida les diera esa oportunidad tan inigualable de ser papás.

No era normal que un niño tuviera dos padres, mucho menos que éste mismo naciera de uno de ellos, eso lo sabían de sobra, pero ellos estaban más que dispuestos a enfrentar al mundo entero de ser necesario; además no estaban solos, tenían a su familia que los apoyaba y a sus fieles amigos, y muy pronto lo embarazos masculinos serían bien vistos ya que muchas parejas de homosexuales los estaban probando, trayendo a niños perfectamente sanos al mundo sin complicaciones.

¡Que se jodiera la puta lógica!, ¡que se jodieran todos los que estuvieran en contra de ese tipo de avances en la medicina!, ellos iban a ser papás de un hermoso bebé y esa era su mayor felicidades ese momento, lo único que en realidad importaba.

Un hermoso y feliz pelinegro de casi ocho meses de embarazo ya sentía que no podía más con su espalda, sus pies hinchados y su excesiva sensibilidad ante todo, pero no podía ser más dichoso por tener a un hombre a su lado que lo amaba con todo su corazón y que además lo cuidaba a sobre manera y lo consentía en todos sus antojos. Bill había subido alrededor de diez kilos con su embarazo, ninguno de sus antiguos pantalones le quedaba más y Tom siempre se reía tiernamente de eso.

Los meses habían pasado con demasiada rapidez para todos, el pelinegro y su amado Tom estaban más juntos y enamorados que nunca, simplemente el embarazo de Bill había llegado a reforzar aún más ese amor que por años había vivido y sobrevivido dentro de ellos.  Lo mismo se podía decir de George y Andreas, los cuales habían empezado una relación meses atrás que poco a poco se había vuelto formal, ambos estaban locos el uno por el otro y Bill no podía estar más feliz por su amigo ya que George era su tal para cual, la parte que complementaba a su alocado y rubio amigo Andreas. Ahora eran una gran familia entre ellos cuatro y se protegían como tal, de igual manera lo harían con el nuevo bebito que estaba a pocas semanas de nacer.

En ese mismo momento se encontraban en el centro comercial, Bill y Tom andaban comprando ropita para su bebé y artículos para decorar su habitación. Tendrían una niña, cuando el ginecólogo les había dicho eso en una consulta a la que habían ido Tom no pudo contenerse y evitar llorar de la emoción, a lo que el pelinegro le siguió, en parte porque por cualquier cosa lloraba y en segunda porque ver a Tom así de emocionado por ese ser que era tan suyo lo hacía ponerse más sentimental aún.

Antes de que el ginecólogo les dijera que era niña, Bill podía jurar que sería niño, ya hasta lo había llamado Dorian, pero el destino, Dios o lo que fuera les iba a enviar a una niña e igual estaba emocionado, aunque suponía que sería mucho más difícil cuidar de una “ella”, ya que ambos eran hombres y habían muchas cosas que no sabían, como por ejemplo ¿qué harían cuando le viniera su periodo? Ellos no sabían mucho del tema y los aterraba; ¿qué harían cuando un canalla le rompiera el corazón? Seguro que Tom y George le irían a romper la cara al bastardo. Tenían muchas dudas y miedos, pero poco a poco lo iban enfrentando día con día.

—¿Qué te parece este vestidito para ella? Yo pienso que se verá mu mona —dijo Tom con una enorme sonrisa en el rostro mientras levantaba el vestidito para que Bill lo viera.

—¿Es en serio Thomas? —Bill lo miró con reprobación pero divertido. —No le pondré eso a mi hija, se verá muy anticuada, ella siempre estará a la moda.

—Y por esa misma razón los “tipitos” andarán alrededor de ella cuando crezca, pero te juro que se los voy a espantar. —declaró Tom con un poco de enojo en su voz.

—Aún no nace y ya le quieres espantar los novios —Bill comenzó a reír.

—Sí, y su tío George me ayudará.

—Pobre niña, primero déjala nacer, que crezca y ya luego te encargas de eso… —le dijo mientras seguía viendo ropita para la bebé. —Además, ¿qué tal que lo que le gustan sean las niñas y no los niños? A ellas no se las podrás espantar —dijo riendo.

—No, pero al menos las niñas son más sensibles y habrá menos posibilidades de que le rompan el corazón. —Tom dejó el vestidito “anticuado” sobre el tubo de ropa en el que lo había encontrado y siguió viendo más ropa. —¿Este si te gusta? Porque a mí me encanta, aunque a ti no te guste yo se lo compro y se lo pongo.

—Wow, está muy bonito Tom. — el trenzado le mostraba un bonito vestido de terciopelo en color blanco con un gran moño en la parte de atrás y un listón que iba en la cintura en la parte de enfrente, un sueño de vestido. —¿Para cuántos meses es?

—¿Cómo es eso? ¿qué no le queda todo? —preguntó consternado.

—¡No Tom! Para los bebés también hay tallas y son de acuerdo a la edad del bebé. —Bill lo miraba como quién no cree la cosa, pero a la vez se le hacía tierno que Tom no supiera ese simple detalle, esa era una simple muestra de lo inexpertos que eran ambos en el tema, pero aún más Tom, y éste se esforzaba demasiado por su niña.

—Pues dice que es para doce meses… —dijo mientras leía la etiqueta que traía el vestidito. —Espera, ¿eso significa que le quedará hasta que cumpla un año de edad? —Bill asintió muy sonriente. —¡Qué mieeeeeerda! No quiero esperar un año entero para vérselo puesto, seguro nacerá grandota como sus papás y no será tanto tiempo de espera. —exclamó orgullloso. Bill se acercó lentamente a donde su pareja estaba y lo besó dulcemente en los labios.

—Me encantas, ¿sabías? —Tom asintió. —Amo la manera en que hablas de nuestra bebesita, seguro serás el mejor papi del mundo y cuidarás a tu pequeña princesa. —y lo volvió a besar.

—¿Cómo no amarla si es producto de nuestro amor, de toda la pasión que siento por ti? —comentó el trenzado contra los labios del pelinegro, acercándose más hasta darle otro dulce beso de nuevo.

Estaban ensimismados en su mundo cuando de repente escucharon a un pareja heterosexual de aproximadamente unos cuarenta y tantos hablar.

—¡QUÉ ASCO DE GENTE EXHIBICIONISTA! ¡Eso que traes adentro no es normal, Dios hizo a la mujer y al hombre, y a la mujer para tener hijos! ¡Qué repulsiva esa cosa que traes dentro! —gritó la señora, Tom y Bill voltearon de inmediato a verla.

—¡¿CÓMO CARAJO FUE QUE LE LLAMASTE A MI HIJA, ESTÚPIDA?! —gritó Bill de vuelta, acción que no esperaba el pelinegro ya que por lo regular el Bill que había conocido en Alemania se habría echado a llorar por esa fuerte ofensa. Estar embarazado definitivamente le hacía sacar un Bill que no conocía.

—¡ES UNA COSA REPULSIVA ESA COSA QUE TRAES DENTRO! —debido a los gritos la seguridad del centro comercial se abrió paso hacia donde estaba toda la acción. Muchas personas que se encontraban en la tienda miraban atentos la escena, algunos a favor de la señora y otros, la gran mayoría, totalmente en contra.

—¿Qué pasa aquí? —preguntó un guardia de seguridad del lugar.

—¡TE VOY A ROMPER LA CARA! —gritó Bill tratando de abalanzarse en contra de la señora, pero Tom lo detuvo fuertemente en el intento de la cintura, no quería que Bill saliera lastimado o le pasara algo al bebé, tenía que sacarlo de ahí lo antes posible. —¡SUELTAME TOM, YO LA AHORCO!

—Oficial, esta señora vino a insultarnos sin motivo alguno, ninguno le ha hecho nada. —habló por fin el trenzado. —Nosotros estábamos aquí tranquilos viendo la ropa y llegó ella a gritar cosas ofensivas en contra nuestra y nuestro bebé.

—¿Eso es cierto? —preguntó el guardia de seguridad a la señora.

—¿Acaso no ve oficial? Son unos anormales, y no está bien que se estén besando en un lugar tan público, hay niños en todos lados y ven sus depravaciones. —dijo seriamente la mujer, su pareja no hablaba, parecía muy apenado por lo sucedido.

—Ya vámonos de aquí, no sé por qué haces estas cosas —habló el acompañante de la señora.

—¿Me estás contradiciendo? —preguntó indignada a su pareja.

—Más le vale que le haga caso a su esposo, señora. Estos chicos no están haciendo nada malo y la que podría tener consecuencias por este comportamiento es usted, así que la invito cortésmente a que pase a retirarse. —dijo el oficial seria y educadamente.

—¡Sí, más vale que se vaya o no se las acabará conmigo! —exclamó Bill mirándola con odio, se la quería tragar ahí mismo, no podía creer que en pleno siglo XXI siguiera habiendo personas tan intolerantes y cerradas, ¿a qué clase de mundo llegaría su hija?

—Ya amor, tranquilo… —trató de calmarlo el trenzado.

—Es mejor que se lo lleve de aquí a que se relaje —le dijo a Thomas a lo que éste asintió. —Y usted deberá dejarlos en paz e irse de aquí a menos que quiera enfrentar cargos por alterar el orden público del lugar. A regañadientes y muy molesta la señora se fue del lugar, no sin antes que su acompañante le pidiera disculpas a Bill y Tom cuando había pasado a su lado.

—Gracias oficial —agradeció Bill una vez que la señora se había ido.

—Por nada, era mi deber. —le dijo sonriente y se marchó del lugar.
Bill se volteó a ver a Tom, ahora que todo había pasado le había entrado el sentimiento, el miedo a que su hija fuera víctima de abusos por parte de otras personas por tener dos padres, y peor aún, por nacer de uno de estos.

—¿Qué pasará con ella cuando tenga que toparse con gente así de mala e intolerante? —le preguntó preocupado con lágrimas en los ojos.

—Tranquilo Billy, las personas actúan así porque tienen miedo a lo desconocido. —trató de explicarle.

—Pero le podrían hacer daño con esas palabras tan horribles que dicen.

—Puede ser, pero ella no solo será bella, la educaremos de la mejor manera posible para que sea fuerte y que sea sumamente inteligente para darse cuenta que a comentarios así de estúpidos son a los que no debe de hacerle caso. —dijo mientras traía a Bill hacia sí y lo abrazaba por la cintura, el pelinegro recargó la cabeza en su pecho.

—¿Crees que lo logremos? —preguntó consternado.

—¿En serio lo dudas? ¡Por dios, somos los mejores padres del mundo, obvio lo lograremos! —comentó divertido sacando su lado egocéntrico. Quizá no era el momento, pero Bill comenzó a reír ante ese comentario.

—¡Tooooommmto Tomy! —dijo contra sus labios y lo besó. Se separaron y Tom habló.

—Ahora vamos a pagar toda esta ropita para la hermosa princesa que llevas dentro, ¿te parece? —preguntó y el pelinegro asintió.

—La cuál es muchísima —dijo Bill divertido mientras le mostraba los pequeños vestiditos, playeritas, falditas, mamelucos, gorritos, zapatitos, chamarritas y baberos que llevaban.

—Será la niña más consentida del planeta, eso te lo aseguro. —le dijo mientras le guiñaba un ojo. Definitivamente tener un bebé en esas situaciones no era lo más fácil del mundo, pero eran felices a pesar de los contras, sabían que no todo podía ser tan perfecto pero al menos para ellos que se amaban lo era, y cuando llegara su bebé la felicidad iba a ser completa para ellos.

*-*-*-*-*-*-*

—¿Que la estúpida esa te dijo quéeeee? —gritó Andreas furioso.

—Sí, dijo que Tom y yo éramos prácticamente lo peor que había pisado el mundo y que nuestro bebé sería un anormal. —contestó el pelinegro avivando el enojo del rubio.

—¡Cómo no estuve ahí! Me iba sobre ella y la abofeteaba para que aprendiera a respetar, ¡cara le iba a hacer falta a la estúpida! —George lo miraba divertido desde el mueble en el que estaba sentado.

—No te preocupes Andy, que Bill casi casi hace eso —comentó y Bill lo miró satisfecho.

—Era lo mínimo que se merecía, lástima que me detuviste, si no te juro que le hubiera roto la boca por hablar sin conectar la lengua a su diminuto cerebro. —comentó orgulloso y divertido.

—Fue lo mejor Bill, no hacerle caso a ese tipo de gente. —dijo George, al parecer eso de la prudencia se les daba bien a él y a Tom.

—Mejor sigue mostrándonos la ropita, el próximo fin de semana iremos George y yo a comprarle más cositas. —dijo emocionado mientras sacaba los vestiditos de las bolsas.

—¿Más ropa? —comentó Tom sorprendido, y es que de verdad que la bebé ya tenía demasiada ropa que entre Bill y él le habían comprado desde que supieron el sexo de su bebé, más ropa era casi un pecado. —¡Ni siquiera tendrá tiempo de usarla toda porque crecerá más rápido! — exclamó riendo.

—Mira Tom, te sientas y te callas que tú no me vas a venir a decirle que comprarle a mi sobrinita, ¿entendiste? —todos comenzaron a reír ante este comentario, eran una pequeña familia, pero era la familia que tendría la hermosa hija de Bill y Tom, quizá no era la más normal de mundo, pero sabían que no le faltaría nada a ese ser pequeñito que venía en camino, entre todos la cuidarían y la protegerían de quien fuera porque eso es lo que hacen las familias, se protegen de quien sea sin importar nada. Eran la familia más loca del mundo, ¿pero quién decidía lo que era normal o no? 



Gracias por llegar hasta aquí, ¿qué les pareció el capi? muy pronto tendrán más, no se preocupen que ya NO tardaré dos años en actualizar, lo prometo. Si se quieren enterar de las actualizaciones a éste blog siganme en mi Instagram, estoy como ISISPINEDACAST, ahí siempre publico cada que actualizo. Muchas gracias por leerme, saludos. 

martes, 15 de noviembre de 2016

¡ISISWONKAVONKAULITZ ESTÁ DE REGRESO!



¡Hola a tod@s!

Me da muchísimo gusto estar por estos lugares que solía amar de nuevo, sé que no tengo justificación alguna al haber dejado durante dos años de escribir, pero en esos dos años pasé por muchísimas cosas, unas muy felices, otras no lo fueron tanto, pero de las experiencias se aprende y aquí estoy de nuevo para seguir escribiendo mis historias, tanto las que tengo de hace años, las cuales amo; así como historias nuevas que se me ocurran en el momento.

Sé que el fandom ya no es lo mismo que antes, que quizá escasean ya las lectoras y no las culpo, creo que en general muchas escritoras dejamos de lado por un tiempo nuestras historias y eso fue lo que inevitablemente tenía que pasar. Crecimos, maduramos, pero al menos aquí yo estoy de nuevo fiel a mi fandom, el cual amo y amo escribir sobre él.

Como anteriormente les dije seguiré todas mis historias, incluída la quería "ALL THAT I WANT IS YOU", estaré subiendo los capítulos a thficcion y también aquí en mi blog personal.
Tanto mis viejas lectoras son bienvenidas así como las nuevas.

Las quiero mucho y gracias por seguirme todo éste tiempo.