sábado, 14 de julio de 2012

Fic: "All that i want is you"

Capitulo 26: Nuevo trabajo, vida nueva.



Cuatro años… cuatro malditos, míseros, desesperantes y duros años. Después de todo tenía que seguir con su vida y el trenzado de ahora 21 años así lo había hecho. Ya no era el mismo niñato inmaduro al que Bill había dejado en la fría Alemania, no, ya no más, ahora era el Ingeniero Kaulitz. Sí, porque pese a lo que los demás hubiesen esperado de él, ya se había graduado con honores para sorpresa de muchos. 


Seguía conservando su look, seguía siendo fiel a sus antiguas trenzas. No se las había quitado y no lo haría, recordaba perfectamente como Bill las amaba, y como cada que se besaban el pelinegro jugaba con alguna de ellas. Era una forma de sentirlo cerca, de sentir que aún estaba ahí con él a pesar de los años. 


Cuando se enteró de que se había ido había sido muy duro para él, ya que ni siquiera se lo esperaba y lo peor era que nadie le daba información sobre él, mintiendo vilmente y poniendo excusas tontas; ni siquiera el mismísimo Zack le había dicho nada, y estaba casi seguro de que él tenía información sobre donde se encontraba Bill, no podía ser casualidad que Andreas hubiera desaparecido al mismo tiempo que su ex novio.


Sentía que los meses pasaban lentamente, tal como si el tiempo lo odiase y se quisiera encargar de que sufriera, al fin y al cabo, la vida es justa y el karma nos alcanza a todos,  o al menos eso era lo que pensaba últimamente. Todo el dolor lo tenía merecido, el único consuelo que tenía era que Bill lo había perdonado aquella fría noche, la noche en la que compartieron su última charla y su último beso. 


Luego de que por mucho tiempo trato de que alguien le dijera dónde estaba Bill y nadie le decía nada, se dio por vencido, quizás eso sería lo mejor… “Si lo quieres déjalo ir, si regresa a ti es porque es tuyo” era lo que su madre le había dicho una noche que lo encontró llorando en su habitación. “Sí, claro, como si fuese tan fácil” había pensado en esa ocasión, ya con el tiempo se vería si su madre tenía razón. Rezaba porque así fuese. 


Se concentro en sus estudios y en ser mejor persona para que cuando se encontrara con el pelinegro él viera que había cambiado, sí, porque algo en su corazón le decía que le pertenecía y se encontrarían de nuevo, tal vez no pronto pero lo harían al fin y al cabo; ambos se pertenecían el uno al otro, como las almas gemelas de las que tanto hablaba Bill cuando estaba con él, su otra mitad… ese complemento que le pone luz a tus días y hace que el mundo parezca un mejor lugar. Se había sentido tan solo e incompleto todo este tiempo.


-*-*-*-


Nuevo trabajo, vida nueva. Poco a poco las cosas van tomando rumbo. 


¿Qué les puedo decir? ¿Se acuerdan del antiguo Tom, ese, al que no le importaban una mierda los sentimientos de los demás ni lo que no tuviera que ver con él? Bueno, ese Tom no existe más; yo mismo me encargue de enterrarlo y sacarlo de mí. 


Mamá estaba muy orgullosa de mí, su hijo era ya todo un profesionista. Verdaderamente no sé que hubiese hecho sin ella, luego de que me enteré de que Bill se había ido me derrumbe, se que le dije que lo olvidaría, pero en todos esos cuatro años nunca pude hacerlo. Tuve una o dos novias cuando mucho, pero en realidad ninguna me lo pudo borrar a él, por más que lo intentará simplemente no se podía, era como si mi corazón solo respondiese a lo que tuviera que ver con Bill, lo demás se podía ir al carajo. 


Pregunte, pregunte y pregunte por él, nadie me decía nada, solo que no sabían nada acerca de donde se encontraba, ni siquiera el mismísimo Zack, al que consideraba un amigo, él tampoco me había dicho nada y estaba seguro de que Andreas se había ido con Bill y no de intercambio escolar a otro país como me querían hacer creer, así como estaba seguro de que sabía dónde estaban.


Al final me había dado por vencido y no me enoje con Zack, si no me quería decir era por que de seguro Bill le había dicho que no lo hiciera, y yo respetaría eso por más triste que fuera. 


Ahora estoy empacando mis cosas, como lo dije antes conseguí un gran empleo en una empresa, mamá no para de llorar, ¿Qué por que lo hace? Bueno, es que el trabajo no es en Alemania sino en el extranjero, Estados Unidos exactamente.  


Estoy emocionado y triste a la vez, por una parte quiero hacer mi propia vida, superarme y volar muy lejos, hacía donde el viento me lleve, pero por otra no quiero dejar mi casa, a mi madre, mis perros, mis recuerdos con él. Sentía que entre más me alejará de Alemania, más me alejaría de Bill, pero algo, un sexto sentido o algo similar me decía que quizás no sería así. 


Tomé la última maleta que tenía libre  de cosas y comencé a echar en ella mis artículos personales, como cremas y demás, una vez guardadas cerré la maleta y la deja junto a las otras tres que llevaba conmigo. Me paré en el centro de mi habitación y miré mi cuarto, todo estaba quedando vacío y triste. 


Suerte que no estaría solo en E.U., George, un primo por parte mi padre vivía allá y compartiríamos departamento ya que el suyo era muy grande, además trabajaba en la misma empresa que ahora me había contratado a mí. Era un buen tipo, agradable y bromista, aunque con el ego muy elevado, tal vez por eso nos llevábamos tan bien.


Estoy seguro de que se preguntarán que ha pasado con Andrej, bueno, eso simplemente no lo sé, solo oí por ahí que había regresado a su país, de ahí no supe más. Yo ya no lo había buscado ni él a mí, supongo que al final comprendió que nunca lo amé. 


— ¿Estás listo Tom? Será mejor que te apures o perderás el avión.  —hablo mi madre asomando su cabeza por la puerta de mi habitación sacándome de mis pensamientos, podía notar que trataba de controlar sus lágrimas lo más que podía.


—Claro mamá, ya estoy listo —le conteste mirándola dulcemente y me dirigí hacia a ella, quería abrazarla muy fuerte y así lo hice. Ella solo me correspondió el abrazo y me dijo lo mucho que me quería, ya saben, era una escena madre e hijo. —Vendré cada que pueda mamá, lo prometo — le dije dedicándole una sonrisa la cual ella correspondió de inmediato y dejo de llorar. 


—Bien, será mejor que te deje terminar de hacer lo que estabas asiendo que ya es tarde, te espero en el auto. —yo solo asentí, no podía evitar sentirme triste por ella, después de todo la dejaría sola ya que papá siempre estaba de viaje de negocios, como ahora, pero a diferencia de los papás de Bill ella no viajaba con mi padre, era más bien “hogareña”. 


Tomé mis maletas que estaban a un lado de mi cama y me dirigí hacia la puerta de mi habitación, abrí la puerta y una fuerte ráfaga de viento entro en está haciendo que algo cayera, giré a ver que había sido y pude ver un marco de una fotografía en el piso, me dirigí a ver que era y para mi sorpresa era ni más ni menos un cuadro que me había regalado Bill, se podía leer “True love”  en él, justo como el que yo le había regalado una vez. En la foto nos veíamos ambos sonrientes, disfrutando la compañía del otro, por qué no, no estaba fingiendo, ese día me lo había pasado realmente bien con Bill, aunque en ese entonces me hubiera negado a reconocerlo. Ese día habíamos cumplido un mes de novios.  Acaricié la foto sintiendo el duro papel en mis dedos, como deseaba que no fuese solo un pedazo de papel y poder acariciar el rostro de Bill… de mi Bill. 


Tanto tiempo había buscado ese cuadro, hasta llegue a pensar que lo había perdido y ahora de la nada aparece. Pero no tenía tiempo para pensar en eso, tomé la foto y la guarde en una bolsa de mi chaqueta, luego tomé mis maletas y corrí escaleras abajo hacia el auto, donde mi madre y el chofer que nos llevaría al aeropuerto se encontraban esperando. 


Llegamos al aeropuerto e hice lo debido, luego anunciaron que tenía que abordar mi vuelo. Una vez más me despedí de mi madre y una vez más ella lloró de nuevo. Me causaba tanto sentimiento verla así, pero tampoco me echaría a llorar ahí mismo, yo sería fuerte. 


Aborde el avión y me puse mis audífonos perdiendo la noción del tiempo. El avión despejo y miré por la ventana echándole una última mirada a la tierra que me vio nacer, la tierra que me vio crecer y la tierra que me vio enamorarme como un loco, aún en contra de mi voluntad. 


Bill, solo deseo que donde quiera que estés te encuentres bien y no me hayas olvidado ya que yo por mi parte, nunca lo eh hecho.