domingo, 2 de junio de 2013

All that I want is you...

Estoy feliz, feliz, feliz... ¡Al fin volvió Tokio Hotel Ficción! :'D ¡No podría ser mejor! 
Bien, perdón por la tardanza al colgar capitulo, pero la escuela me absorbe y ni tiempo me da para escribir o pensar en qué escribir, y no quiero hacerlo "al ahí se va" y decepcionarles. 
Sin más, ¡ENJOY!




CAPITULO 39: ¿Por qué yo?



Después de unos cuantos besos y caricias más se habían levantado de la cama de Bill. El trenzado se había ofrecido a prepararle a Bill su muy famoso “desayuno especial”, el cual solo hacía para él y en algunas ocasiones para George, cada que perdía cualquier tipo de apuesta tonta y sin sentido contra él.

El pelinegro se encontraba dando una ducha, lo cual era muy tentador para Tom, ya que podía entrar a ésta y comenzar de nuevo con lo sucedido la noche anterior, pero no quería que Bill pensara que solo lo quería para ese tipo de actos, así que mejor decidió concentrarse en cocer los hot cakes que tenía en la sartén.

De repente se acordó de que Andreas también vivía en ese departamento con Bill, así que esperaba que George lo entretuviera un rato más y no llegara en ese momento, no porque le callera mal, sino porque quería disfrutar con su pelinegro a solas lo más que pudiera, recuperar el tiempo perdido.

El maldito tiempo perdido.

De pronto Bill entró con una de esas sonrisas en el rostro que él tanto amaba, porque sabía que su novio estaba feliz y que él era parte de su felicidad de nuevo. Era parte de su vida de nuevo, aunque en realidad nunca había dejado de serlo, ya que Bill muchas veces pensaba en él.

 —¿Con que cocinas, ah? —preguntó el pelinegro juguetonamente, mientras se sentaba sobre uno de los bancos que había en el desayunador. Tom se dio la vuelta para quedar frente a él, ya que estaba de espalda cuidando que los hot cakes que tenía sobre la estufa no se le quemaran.

—Hay muchas cosas que mí que aún no sabes —le dijo con una enorme sonrisa en el rostro —pero ya habrá tiempo para decírtelo todo.

—Lo habrá —contestó rápidamente el pelinegro— pero por ahora solo me interesa amarte…

 El trenzado dejó lo que estaba haciendo y se recargó sobre el desayunador con el objetivo de besar a su amado, pero cuando sus labios rozaron los de Bill, esté volvió a hablar.

—Y también me interesa que no se te queme lo que tienes sobre la estufa, en verdad tengo hambre—susurró entre risitas traviesas contra los labios de Tom.

—¡Oh mierda! —gritó el trenzado y corrió a ver a sus ahora algo quemados hot cakes. —Espero y te gusten “crujientes”. —Bill solo comenzó a reír.

A pesar de todo lo que Tom le había dicho que lo amaba, a pesar de él mismo haberlo sentido de esa manera, aún no podía creer como el trenzado se había fijado y enamorado de él. No se sentía especialmente guapo ni nada por el estilo, y mucho menos en las fachas en las que se encontraba en esos momentos, con el cabello húmedo y enmarañado, y con su enorme pijama.

En cambio Tom era todo lo contrario. Desde su punto de vista muy particular el trenzado se veía bien como fuera, él lo encontraba la persona más hermosa del universo aún en pijama, desnudo, o con la asquerosa ropa horrenda de rapero que Thomas solía usar en su adolescencia. Siempre había amado todo de él.

—Tom… ¿por qué me amas a mí y no a alguien más? ¿por qué yo? —preguntó de repente. Tom volteó a verlo sin expresión alguna en el rostro— es que, ya sabes… no soy particularmente guapo, en cambio tú podrías tener al chico o chica que quisiera contigo, a alguien mejor, que no sea caprichoso como yo, que no tenga todos mis defectos.

Tom esperó a que el último hot cake que tenía en la sartén se cociera y lo puso en un plato junto con los demás. Bill lo observaba expectante, esperando por una respuesta.

El trenzado tomó  dos platos de la vajilla se encaminó hacía uno de los bancos que estaba junto a Bill y puso un plato frente a él, el cual contenía un apetitoso hot cake. 

—Yo tengo una mejor pregunta para ti, dime ¿por qué me amas tú a pesar de todo?

—Porque aunque antes me hayas hecho daño, más daño me hacía estar sin ti—Tom lo escuchaba atentamente.

—Yo no soy perfecto, tengo un carácter de la mierda que no sé si recuerdes, tengo mal aliento por las mañanas y tu aún así me amas, ¿no?

—Sí, pero yo…

—Pero nada —dijo poniendo un dedo sobre sus labios para silenciarlo— yo te encuentro perfecto a pesar de todo lo que tú no valoras en ti, porque si amo las cosas buenas en ti también tengo que amar las malas, porque no me puedo quedar solo con lo que me gusta de ti y la verdad es que lo odiaría, porque no serías tú al completo, tú el caprichoso y tímido chico al que conocí y al que amo como un loco.

Los ojos de Bill se llenaron de lágrimas mientras sentía como una inmensa felicidad se posaba en su pecho, haciendo que su respiración fuera más rápido. Tom le sonrió al notarlo, en sus ojos podían ver todo el amor que se profesaban el uno por el otro, no hacían falta tantas palabras.

Tomó la miel que estaba sobre el desayunador, la destapó y comenzó a escribir sobre el hot cake de Bill con ella.

“Te amo”, puso en él y Bill lo besó con ganas, queriendo encapsular ese momento por siempre.

—No sabes cuánto miedo tuve de que tú me hubieras dejado de amar. —dijo Tom una vez concluido el beso.

—Eso es imposible.

Se quedaron mirando unos segundos más, entonces Bill tomó el tenedor que tenía junto a él y cortó un pedazo de su hot cake.

—Di “A” —le pidió a Tom gesticulando esa “A” con la boca mientras sostenía el tenedor en lo alto. Tom empezó a reír.

—Deberías de ver lo chistoso que te ves. —comentó entre risillas.

—Solo dí “A”, Tom. —volvió a pedir con un bonito puchero en la cara.

—Está bien… “A” —Bill dirigió el tenedor hacia la boca de Tom, pero cuando el trenzado estuvo a punto de probar bocado, el pelinegro desvió el tenedor de su boca, comiéndose el bocado de hot cake. —Eso fue por decir que me veía chistoso. — dijo mientras masticaba.

—¿Con qué así quieres jugar, eh? —Tom alzó una ceja divertido. Bill comenzó a reír y se encogió de hombros mientras daba otro bocado.

De repente Tom se levantó de su banco, y sin dejar reaccionar a Bill lo cargó y empezó a correr con él sobre sus brazos.

—¡Toooooooom! —gritó el pelinegro mientras reía.

—Eso te pasa por ser malo conmigo.

—¡Si serás cabrón! —Tom reía a carcajada limpia. De pronto paró y lo tiró al sofá que había en la sala, echándose sobre él.

Se besaron por largos minutos, queriendo reponer todos esos besos y caricias que se habían quedado en el pasado, encerrándose en esa burbuja en la que para ser felices solo se necesitaban el uno al otro.

_*_*_*_

George se descojonaba de la risa, en realidad eso había hecho toda la noche mientras platicaba con Andreas, el cual siempre tenía algo nuevo e interesante que decir. Y aunque no fuera interesante para ninguna persona en el mundo, para George así era porque era Andy quién lo decía.

No habían dormido en toda la noche, pero pese a lo que muchos hubieran creído que harían los dos solos en su departamento, todo estaba muy lejos de la realidad. Se la habían pasado comiendo chucherías y hablando de cosas sin sentido, como de qué boy band era mejor, si One Direction o los Backstreet boys. Y aunque George no tenía ni coña de idea de quienes eran los integrantes de dichas bandas, lo escuchaba atentamente porque le gustaba oír los divertidos comentarios que hacía Andreas sobre los integrantes de ambas bandas, cómo de si Louis estaba más “bueno” que Zayn o cosas por el estilo.

En algún momento de la noche pusieron música de Foster the People —una de las bandas favoritas de George— y se habían puesto a cantar, o mejor dicho, a gritar cada una de las canciones mientras “bailaban” al ritmo de las canciones.

—¿Crees que ya se hayan reconciliado o algo? —preguntó Andy de pronto, haciendo que George dejara de reír de a poco.

—Yo creo que sí, sino el subnormal de mi primo ya habría regresado a joder.

—Pues eso espero, tengo el presentimiento de que Tom ya no la cagaría y podrían ser felices juntos.  George podía ver como quería el rubio a Bill, y eso le encantaba de él, el que pudiera preocuparse por algo que no fuera más que él mismo.

Se le quedó viendo unos segundos y cuando el rubio se dio cuenta de la insistencia de su mirada, le sonrió.

—¿Qué pasa? —George se acercó a sus labios y lo besó dulcemente, un beso que Andy correspondió al instante.

—Eso pasa— le respondió muy cerca de su rostro cuando rompieron el beso. —Pasa que no tiene mucho que te conozco, pasa que eres la persona más loca y divertida del jodido mundo, pasa que aunque te suene loco por ser tan apresurado, quiero estar contigo tanto como me lo permitas, quiero que seas mi novio.

—¿Te digo algo? —el castaño asintió— cuando te conocí en ese supermercado me caíste mal enserio, luego me hiciste reír con tus tonterías de “conquistador” empedernido y dije entre mí, “¿por qué no?, él estaría bien para rollo de una noche” —George se le quedó viendo boquiabierto ante la franqueza del rubio.

—¿O sea que yo era tu rollo de una noche? —preguntó aún sorprendido.

—Sí—dijo claramente Andreas.

—Menos mal, porque tú también eras el mío…—dijo dibujando una hermosa sonrisa en su rostro. —¿Qué te parece si ahora somos los rollos de ambos de “mientras dure”?

—Me parece perfecto —dijo lanzándose sobre George y poniendo sus brazos alrededor de su cuello. —Solo no te enamores mucho de mí —comentó el rubio muy divertido.

—No prometo nada. —contestó contra sus labios y se volvieron a besar.

_*_*_*_

El ojiazul se encontraba sentado dentro de su automóvil afuera del aeropuerto, pensado en las opciones que tenía, en su siguiente paso.

Tenía dos opciones, ir detrás de él y que lo rechazara de todas las formas posibles o irse a su departamento y embriagarse hasta que se le olvidaran todos sus problemas.

La segunda opción se veía más tentadora y esperanzadora que la primera, pero necesitaba hablar con Robert aunque él no quisiera escucharlo.

Bajó de su auto y de nuevo entró al aeropuerto, y aunque los guardias de seguridad del lugar lo observaban atentamente al ya haber presenciado como anteriormente había sido sacado casi a la fuerza, lo dejaron pasar.

Se dirigió hacia las taquillas de los pasajes de avión y habló.

—Disculpe, ¿podría decirme el destino de vuelo de Robert Verne? —dijo una vez que estuvo frente a la señorita que vendía los pasajes de avión.

—Lo siento señor, pero no tenemos permitido dar información alguna sobre los destinos de nuestros pasajeros, son políticas de la empresa. —Jared sintió que el mundo se le venía abajo, pero no tenía pensado hacer ningún tipo de escándalo más, no tenía fuerzas para eso. Sonrió amargamente y volvió a dirigirse a la chica.

—Por favor, es que usted no entiende señorita… amo a ese chico y fui un completo imbécil con él, necesito alcanzarlo y pedirle perdón por todo el mal que le hice.

—Lo siento joven, no puedo hacer nada por usted. —dijo la chica mirándolo tristemente, como comprendiendo su dolor.

Jared no dijo nada más, solo dio media vuelta y se fue de nuevo hacia su automóvil. Ya que el plan A había fallado, no le quedaba más que poner en marcha el plan B. Tendría suerte si no moría de coma etílico, o desangrado por su corazón roto. 


Bien, esto fue todo por hoy, ¿les gustó? ¿dudas? ¿comentarios? lo que sea es bien recibido.
Estoy nerviosa, el próximo 13 de Junio voy a presentar mi examen para entrar a la Uni y es tan hagsdkjhak, ya saben. *-*
Y para las que tienen ask.fm y me quieran preguntar algo, lo que sea cuando estén aburridas, aquí les dejo el mio :http://ask.fm/MacPineda
Nos leemos luego. Besos.

SOULMATES NEVER DIE (MiniFic)

Hola, perdón por la tardanza a las chicas que estén leyendo este minific. Espero y les guste el capitulo de hoy. 

CAPITULO 3



Estábamos en la sala de nuestra casa, mamá estaba preparando la comida. Ayer ni cuenta se dio de que Tom y yo habíamos salido, y es que ella es gerente en una tienda departamental, y por lo regular siempre está trabajando, solo que hoy fue su día de descanso y ella aprovecha para consentirnos preparándonos la comida que nos gusta.

Tom y yo estamos viendo la tele ahora mismo, por obvias razones uno sentado a cada extremo del sillón ya que mamá todavía no sabe nuestra relación y nosotros todavía no sabemos cómo decírselo, solo esperamos que no se enoje, o algo peor, que no trate de separarnos.

Chicos, la comida ya está lista. gritó mi madre desde la cocina.

Vale mamá, ya vamos.Le contestó Tom. Vamos Billy, muero de hambre.

Sí, es de esperarse, eres un tragón de primera —le dije entre risas, él se hizo el enojado awwwww ¿Tommy está enojado?

no contestó.

Vale, entonces tengo que contentarte le dije acercándome provocadoramente hacia él y abrazándolo a mí.

Esa es una buena idea. me dijo rodeándome de la cintura y pegando sus labios a los míos.

Sí, pero será luego porque ahora mismo mamá está a menos de veinte metros de distancia.

Ella sabrá entenderlo.

Chicos ¿ya pusieron la mesa? habló nuestra madre sacando la cabeza por la puerta de la cocina y volteando hacia donde estábamos nosotros, a lo que Tom y yo nos separamos de inmediato, suerte que mamá necesita lentes para poder ver a lo lejos.

Cla, claro mamá, ahora la ponemosDios ¿y ahora mismo tenía que tartamudear?
Tom me miró divertido, la verdad es que no se que le causaba gracia.

—¡Ya vamos ma! terminó diciéndole Tom, mamá solo asintió con la cabeza. ¿Nervioso? se empezó a reír.

—¡Por dios Tom, mamá casi nos ve y tú te ríes! dije empezando a caminar hacia la mesa y le di a Tom los platos, las cucharas, yo agarré las servilletas y los vasos.

Pero no nos vio, y si nos hubiera visto ¿qué? solo se lo explicábamos y ya. me dijo poniendo los platos y cucharas acomodados en nuestros respectivos lugares.

No es tan fácil, ¿acaso crees que mamá nos aplaudirá por lo que hemos hecho? dije mientras acomodaba mi parte. Él no contestó. Mamá entró con una sartén al área del comedor.

Bien, espero y tengan hambre, les hice su platillo favorito.

—¡Gracias mamá! —le dije sonriendo.

De nada Billy –—me sonrió ¿Y tu Tom? ¿no hay un gracias mami para mí? dijo mi mamá fingiendo tristeza, ahora sé a quién le saqué lo manipulador que soy.

—¡Gracias Ma! dijo Tom divertido.

Bueno, empecemos a comer entonces.

Empezamos a comer, mamá nos preguntaba acerca de la escuela y cosas por el estilo, Tom no dejaba de verme y a mí me ponía muy nervioso, mamá de seguro también lo había notado y no sabía que pensar al respecto. 

Esta noche voy a salir niños.

¿Por qué? ¿a dónde vas? pregunté.

Un compañero de trabajo me invito a cenar esta noche, y pues yo le dije que aceptaba su invitación. ¿Qué les parece?

Wow mamá, esta genial, mereces tener a alguien especial y que te quiera mucho. le dije sonriéndole, y es que en verdad me encantaba la idea de que las cosas salieran bien y mamá ya tuviera un compañero con ella, me dolía mucho verla ir a dormir sola y triste, porque estaba triste aunque a nosotros no nos lo quisiera decir.

­ Si mamá es genial, espero y las cosas salgan bien con… ummm ¿cómo se llama?preguntó Tom.

Gordon —le contestó ella emocionada.

Sí, Gordon… espero y las cosas salgan bien. concluyó Tom.

¿Y a qué hora pasa por ti?

A las siete de la noche.

Entonces ve a arreglarte mamá, te tienes que ver como la reina que eres.

Vale, ¿ustedes recogen la mesa y lavan los trastes?

Sí mami, Tom y yo hacemos eso. Tom me miró con el ceño fruncido, y es que el odiaba lavar los trastes.

Los lava Bill replico él.

Mejor no empieces si no quieres que te valla muy mal. contesté mirándolo retadoramente. Sabes a lo que me refiero… y le sonreí maliciosamente, amaba tener el poder sobre él en ocasiones de este tipo.

Vale, nosotros los lavamos ma, no te preocupes.

Mamá se fue a arreglar y nosotros nos pusimos a recoger y lavar los trastes. Tommy y yo jugábamos mientras lo hacíamos, llenándonos de espuma y eso, al final tuvimos que limpiar el piso ya que lo habíamos mojado todo y mamá nos regañaría. Llegó la hora en que mamá tendría la cita y Gordon vino por ella, se despidieron de nosotros y al fin la casa era para solo nosotros dos.

Al fin solos dijo Tom abrazándome y atrayéndome hacia él. Yo busqué sus labios y los besé.

Al fin solos… repetí. ¿Qué quieres hacer?

No sé, tú dime qué hacer. —susurró mientras besaba mi cuello. Yo solo disfrutaba y apretaba las mangas de su chamarra. Me volvía loco que hiciera eso.


By Tom


Rodeó mi cuello con sus brazos y yo le tomé de la cintura, nos seguimos besando desenfrenadamente mientras subíamos la escaleras y llegábamos a su cuarto empujándolo poco a poco  hasta chocar contra su cama. Le tire ahí y seguí besándole.

—Eres hermoso… —inquirí, dejando de besarle y apartando cuidadosamente unos cuantos mechones de pelo que se hallaban sobre su perfecto rostro.

—Tú también lo eres… —musitó acariciando mi mejilla y algo se removió dentro mío. Esto es solo amor, amor puro.


POV:

Frotó su mano contra la piel libre del menor y gimió en la boca de Bill. Era muy caliente y suave... buscó sus nalgas y al tocarlas, las apretó haciendo a Bill, separarse para arquear su espalda por el placer que subió por su columna vertebral como una descarga eléctrica. Se volvió a acercar con sus manos abriendo la camisa de Tom, y jadeando en su oído.

Pronto Tom estuvo desnudo de la cintura para arriba. Cuando Bill volvió a estampar sus labios con los suyos, subió sus manos pasando por la espalda de Bill y lo apretó en un fuerte “abrazo”... nada cariñoso, sólo quería restregarse contra Bill y sacarle más deliciosos gemidos que no esperó mucho por recibir.

El miembro de Bill se estaba endureciendo al sentir la forma que Tom le quitaba la respiración. El mayor ocultó su rostro en la curva del cuello con el hombro del menor y abrió la boca para cerrarla sobre la piel caliente del cuello de Bill. Estuvo a punto de gritar, le había mordido. Ya sentía la necesidad de estar sobre Tom y montarlo como un jinete a su caballo.

Siguió disfrutando de los besos y mordidas húmedos en su cuello mientras que silenciosamente bajaba su mano a la entrepierna de Tom, sólo para asegurarse que estaba muy dura y caliente... y así era. Sonrió mientras suspiraba de placer... Buscó la boca de Tom -quien aún acariciaba los muslos de Bill- y le susurró al oído.

Te amo Tommy. Ahora hazme tuyo, hazme todo.

La lengua de Tom lamió la parte de sus muslos cerca de su entrepierna y Bill gritó mordiéndose los labios aferrándose a las sábanas fuertemente.

Tom acarició por encima de los bóxers de Bill, su pene, se sentía grande y reclamando atención, abrió en toda su extensión las piernas de Bill y éste se sonrojo, le quitó los bóxers dejando al aire su sexo y le regaló una caricia.

Tommy… Bill cerró los ojos.

U-uh... se dedicó a regalarle gemidos para los oídos de Tom mientras le acariciaba.

Me gusta. vio a Tom subiendo hasta enfrentar sus rostros que reflejaban deseo.

 Bill cerró sus piernas alrededor de la cintura de Tom y sonrió, mostrando su piercing. Tom captó la indirecta y unió sus labios, dejando caer algo de saliva por una esquina debido al morreo intenso. Con algo de dificultad logró bajarle los pantalones y lanzó los zapatos hacia algún lugar de la habitación. Frotó su entrepierna con la de Bill, quien gimió muy fuerte arqueándose; gracias al roce rudo de su miembro con la tela del bóxer de Tom.

Pronto necesitó algo de oxígeno y se separó aprovechando para desnudarse por completo... luego miró a su hermano, quiso desprenderlo de su ropa lentamente disfrutando de cada centímetro de piel que dejara al aire.

Lamió sus dedos y comenzó a dilatarlo en cuanto lo encontró, metiendo uno, dos y luego tres dedos, moviéndolos en círculos, y escuchando a Bill gimotear, revolviéndose desesperado por más penetración.

Tom... más, más...ahora Bill se estaba apoyando en sus antebrazos y Tom sobre él preparándole.

Ya quiero metértela joder... espera un poco más.penetró con fuerza los tres dedos y Bill cayó sobre la cama retorciéndose con gusto.

 Ahora... ahora…dijo con voz entrecortada.

Bill estaba tan cálido allí dentro, quería seguir tocándolo, amaba tocarlo de esa forma.                                       

Tom se agarró de la cabecera, Bill estaba sudando mucho, subió la pierna del menor hacia su hombro penetrándolo más profundo.

Ah, Tom…Bill se arqueó cuando el de trenzas empezó a moverse.

Su rostro era un poema, un jodidamente hermoso poema, su boca abierta tragando bocanadas de aire, agitado, con las mejillas carmesí, totalmente tentadoras... las gotitas de sudor cayendo por su mentón... Comenzó a embestir más rápido oyendo los quejidos de Bill, los “más, más” que a cada minuto gritaba a los cuatro vientos con una sensual voz que... a cualquiera dejaría con ganas.

. –Auch...vio como acentuaba su ceño fruncido con algo de dolor.

¿Duele?

S-sigue... Oh mierda. no importa… eso había sorprendido a Tom que no tardó en volver a embestir, moviendo sus caderas hasta chocar con el trasero de Bill a cada segundo. Ah, ah…

Te amo Billy.

Te amo Tommy.

Se besaron con necesidad de sentirse…

Te ves... precioso.- murmuró Tom, acariciando sus muslos. Bill ronroneó cuando Tom lo besó. Tom salió de dentro de Bill.

Sintiendo varios dedos jugando en su entrada, Bill mordió su labio moviendo sus caderas, buscando mas contacto.

Hasta que cogió el miembro de Tom clavándoselo el mismo poco a poco.

Tom... Dios, se siente tan grande...pronto las manos de Tom acariciaban los costados de Bill, bajo esa gruesa tela. Encontraron soporte y al fin, Bill se encontró saltando sobre Tom, penetrándose él solo, pues el mayor sólo lo observaba con una sonrisa de satisfacción.

Me encantas...sentía su vientre contraerse. Sus mejillas ardían  y se incineraban en placer.


Estuvieron largo tiempo entre gemidos y  palabras de amor, diciendo se cuanto se amaban hasta que el tan esperado orgasmo llegó y los dos se corrieron al mismo tiempo, Bill en la mano de Tom y Tom dentro de Bill, dejándole su semilla dentro.

¿Quién iba pensar que solo una noche marcaría el rumbo de sus vidas?

Cansados de amarse, cayeron dormidos, abrazados el uno al otro con sus cuerpos desnudos, olvidándose del mundo.

Afuera de la casa, una Simone muy contenta por su cita regresaba a su casa, abrió la puerta y subió, pasó por el cuarto de Tom y vio que este estaba abierto con las luces apagadas pero Tom no estaba dentro, “seguro estará con Bill platicando” pensó ella, aunque ya era algo tarde para eso, decidió ir a el cuarto de Bill para avisarles que ya había llegado y contarles la noche tan mágica que tuvo.

Llegó al cuarto de Bill y giró lentamente la puerta asomando la cabeza, en ese instante se sintió desfallecer, y es que sus hijos, sus gemelitos, dormían plácidamente abrazados y desnudos y todo lo que pasaba por la mente de Simone era ¡¿qué hicieron?! ¡son hermanos! ¡es pecado! ¡¿qué hice yo para que me paguen con esto?!


Entonces decidida entró al cuarto de Bill.