martes, 4 de septiembre de 2012

Mundos Alternos

CAPITULO 1


¿Andrew estás listo?, tengo una cita muy importante y  no llegaré tarde por tu culpa –gritó  Steven tocando la puerta de la habitación de su hijo.

Ya voy, ya voy –contestó el muchacho con tono irritado abriendo la puerta de su habitación dejándose ver, esta vez no llevaba su típico maquillaje de siempre, solo un poco de delineador y listo.

Ve a comer rápido que en 10 minutos nos vamos –dijo palmeándole la espalda su hijo cariñosamente, el muchacho asintió sin ganas.

­No entiendo porque cada que vas a ver a una banda nueva tengo que ir contigo –se quejo, Steven lo miró seriamente,

Porque algún día todo lo que tengo será tuyo, y quiero que veas cómo es todo esto, no puedes elegir a una banda solo porque toque bien, tienes que ver todos los detalles ya que es tu dinero el que está en juego—. Andy rodó lo ojos “¡Como si me importara!” pensó.

Como sea, ya quiero salir de esto así que vámonos– le contestó con fastidio y comenzó a bajar las escaleras para ir directamente al coche que los llevaría a la gran disquera de su padre.

Andrew Tyler o mejor dicho “Andy Sixx” para los amigos, era el hijo de 21 años del famoso rockstar. Muchos pensarían que al ser hijo de quien era también intentaría ser un cantante rock reconocido, pero no, a él simplemente no le iba eso de andar de gira y trabajar para ganarse la vida, prefería que su padre le diera todo, y cuando el faltará, bueno, tendría la empresa de su padre solo para él ya que era hijo único, no veía el por qué de esforzarse tanto.

Le gustaba componer, y lo hacía muy bien, palabras dichas por su mismo padre, pero las canciones eran solo de él, nadie más las había visto nunca –ni lo harían, ya que tampoco quería venderlas-, sólo su padre, amigos cercanos y por supuesto él.

Christian, su mejor amigo desde la secundaria y él tenían una banda solo para pasar el rato. Todos sus amigos –incluyendo los chicos de su banda- eran niños ricos con mucho tiempo de sobra, pasión por el rock y dinero para gastar en lo que fuese, inclusive comprar un lujoso yate solo para ir a vacacionar por unos días.
Andy podía tener de todo, ropa de marca, autos caros, viajes lujosos, chicas a diestra y siniestra, pero lo que el más anhelaba y nunca había tenido era el cariño de una madre; siempre criado en prestigiosos internados ya que su padre se encontraba de gira trabajando y su madre había fallecido a pocas horas de traerlo al mundo debido a una fuerte hemorragia. 

Tal vez, solo tal vez ese era el motivo del fuerte y engreído carácter de Andrew, siempre había obtenido lo que quería sin nada a cambio, sin esfuerzo alguno, todo dado solo para compensar la falta de atención que había tenido desde siempre, pensaba su padre y se arrepentía de eso cada día, pero ya no podía hacer nada.

Bien solo espera aquí, voy a una junta con los otros productores, los chicos de la banda nueva llegarán a las 5 –dijo Steven a su hijo dándole paso para que entrara a su gran oficina, con vista panorámica de toda la ciudad– puedes tomar mi laptop –habló cuando vio que Andy se sentó en su escritorio pero por favor, no gastes más de un millón en una gilipollez como la última cosa que compraste.

El chico sonrió divertido, aún recordaba todo el drama que su padre había hecho solo porque se había comprado un Ipad bañado en oro con diamantes Swarovski incrustados para su flamante Ferrari negro, nada pretencioso. “Te ganas eso en un día padre” recuerda que le dijo mientras discutían por la compra.

No haré nada malo viejito, solo medio millón ¿vale? –dijo a su padre para molestarlo ya que no pensaba en comprar nada, no tenía ánimos para eso. Su padre solo negó con la cabeza y salió rápidamente hacia alguna otra oficina del gran edificio en el que se encontraban.


Mientras tanto en otro lugar de la ciudad un joven pelinegro caminaba apresurado, el autobús que pasaba solamente cada veinte minutos lo había dejado y ahora se le hacía tarde.

“¡Joder, mi cabello se hará mierda!” pensó mientras corría hacia la parada de taxis más cercana que había y se maldecía internamente por tener que parar su cabello, eso le había quitado mucho tiempo y para colmo de males llegaría en mal estado.

“Bill ¿dónde estás? ¡ya son las 4:55! ¡no perderemos ese puto contrato por tu culpa!”

Leyó que decía el mensaje que Georg le había enviado. Bien, eso lo puso aún más nervioso de lo que segundos antes ya estaba.

Para su suerte llegó pronto al sitio de taxis y este lo llevo a su tan ansiado destino. Cuando el taxi aparco frente a la famosa disquera bajo rápidamente y pudo ver a Tom, Georg y Gustav en la entrada del edificio.

Les explico luego, ahora apúrense –dijo cuando estuvo a su lado.

 5:05, ¡mierda!

Subieron rápidamente al ascensor y en el trayecto Bill les explico el porqué de su demora. Estaban a punto de golpearlo entre los tres por la según ellos “estúpida excusa” cuando las puertas del elevador se abrieron indicando que ya habían llegado a su destino.

No sabían a dónde dirigirse cuando de pronto Bill escucho que alguien lo llamaba. Volteó hacia donde provenía la voz y pudo ver como un chico de cabello café, alto, bien parecido y con lentes de aviador se acercaba hacia ellos.

Hola, soy David, el manager de Steven –dijo el chico una vez que estuvo cerca de los otros cuatro tendiéndoles la mano. Bill no pudo evitar sonrojarse cuando vio que el tal David le sonreía coquetamente, pero él no iba ahí a buscar amoríos sino un contrato. –Rápido, les dije que fueran puntuales así que prepárense para soportar los desplantes de el “príncipe del rock”dijo mientras hacía comillas con los dedos ante la última palabra.

Bill comenzó a reír en silencio “Príncipe del rock” ¡Já!, para eso primero tenía que ser un músico bueno y reconocido, no simplemente el hijo de uno, se dijo así mismo en su cabeza.

Llegaron frente a una elegante puerta de cristal y David toco con los nudillos; escucharon que contestaron “Adelante” y entraron.

Lo primero que vieron al entrar a la gran oficina fue a Steve sentado en su gran escritorio y los chicos tuvieron que luchar contra su instinto de fanatismo para no correr y hacer que les diera un autógrafo, no querían que el rockstar pensará que eran unos “lame culos” solo para que les diera un contrato.

Señor, aquí están los chicos –habló David acercándose al escritorio de su jefe y entregándole varios folders.

Steven iba a hablar para darles la bienvenida cuando se oyó una voz a un lado.

Vaya, ¡hasta que se dignan a llegar! –dijo Andrew sarcástico, todas las miradas fueron a dar contra él que se levantaba del sofá que había en la habitación y caminaba hacia donde se encontraba su padre– mira que todavía no son famosos y ya se dan el lujo de hacernos esperar –su mirada y la de Bill se conectaron, Andy lo miró despectivamente de arriba hacia abajo, lo que él no esperaba es que el pelinegro lo haría de igual manera.

“¡¿Cómo se atreve a mirarme así ese mocoso?!” pensó molesto.

“¡Con que eres tú la diva! yo te bajaré los humos” era lo que Bill pensaba. No había pasado por alto el tono en que les había hablado ni que los hubiera mirado como si fueran poca cosa.

– ¡Basta Andy! regaño Steven dedicándole una seria mirada a su primogénito, este solo frunció los labios– sus motivos deben de tener para haber llegado unos minutos tarde, no es la gran cosa–. Bill le sonrió burlonamente y Andy rodó los ojos.

Como sea –respondió restándole importancia y sacando su iphone comenzando a enviar un mensaje.

Bien, díganme sus nombres.

Yo soy Bill Kaulitz –dijo Bill alegre tendiéndole la mano a Steven y estrechándola, luego fue con su hijo y este solo lo miro con desdén. Si no fuera porque era hijo del que podría llegar a ser su jefe Bill le hubiera dicho hasta de lo que se iba a morir por su falta de educación. ¿Qué acaso todos los hijos de ricos eran como él? de ser así, seguro iría a la cárcel por golpear pijos.

Gustav Schäfer –Andrew comenzó a reír “¿Qué clase de apellido era ese?” todos lo miraron de nuevo y él sonrió angelicalmente como si nada.

Me llamo Tom, Tom Trümper –habló el guitarrista de pronto saludando al rockstar– un gusto.

Al decir esto Tom y Bill se habían volteado a ver y sonreído involuntariamente, cosa que no pasó por alto para el hijo del rockstar. ¿Acaso el tal Bill era novio de Tom? no pudo pensar una respuesta ya que rápidamente se reprendió ¡no le importaba una mierda lo que fueran! él no era marica, aunque no podía negar que al ver al pelinegro se le había hecho bastante guapo, lástima que le cayera tan mal. 

Soy Georg Listing –dijo el ojiverde al final.

Bien, pues ustedes ya saben quién soy y el es mi hijo Andrew –el mencionado sonrió con falsedad  hoy me ayudará a ver si son tan buenos como me dijo David, y de ser así, prepárense para ser famosos, así que vamos a la sala de audio para las pruebas—. Los ojos de los cuatro chicos brillaron de la emoción.

Lo son –habló David mirando embobado a Bill y este le sonrió, le había gustado, de eso no había duda. Andy sintió algo molesto cuando vio como Bill y David se miraban fijamente y se sonreían, por eso decidió hacer acto de presencia.

Más te vale David, espero no sea solamente una pérdida de mi tiempo –dijo comenzando a caminar hacia la sala de audio siendo seguido por los demás. 


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