CAPITULO 4
Nos encontrábamos en el parque, uno sentado al lado del otro
en el pasto, cada uno con un helado en nuestras manos, el de Bill era de limón
y el mío de choco chispas, mi favorito.
Eran aproximadamente las 4 de la tarde, a esta hora
probablemente estaría en casa de alguno de mis amigos planeando la próxima
salida, pero no, en vez de eso estoy aquí sentado en un parque con él. Teníamos una plática tan trivial y amena que
nadie que nos viera imaginaría como nos llevábamos antes de la “reconciliación”
de esta mañana, no puedo evitar pensar en que esa palabra suena muy extraña
refiriéndose a él y a mí, ¿reconciliación? ¡Ni que fuera mi novio!
Y… ¿Tienes novia? — preguntó Bill, yo
le miré levantando una ceja ¿a qué venía esta pregunta? —es solo curiosidad, ya
sabes, no te sientas un adonis…
—No, no tengo, la verdad creo en el
amor de una noche. —le conteste sincero, o había nacido enamorado, o en verdad
nunca lo había estado ya que mis novias no me duraban ni una semana, era una
tras otra cada noche que salía de fiesta. No es que no creyera en el amor,
simplemente así era y no había nadie que me pudiera cambiar.
—Bien, tu turno de preguntar. —dijo Bill sacándome de mis pensamientos, me miraba
sonrientemente, su sonrisa era simplemente hermosa, al igual que él. Estábamos
jugando a ese juego en el que preguntas lo que sea y esa persona te tiene que
responder, es algo estúpido e infantil, lo sé, pero era entretenido y la
estábamos pasando bien.
—Ok, ¿Cuál es tu banda favorita? —le
pregunté, no tardo ni un segundo cuando ya me estaba contestando.
—Guns & Roses, por supuesto,
ellos son los mejores.
Ahora sabía que él
era fan de Guns & Roses, amaba dormir, su cabello natural era rubio y no
negro, ahora era así porque él se lo
había teñido a los 13 años, vivía solo en un departamento que rentaba y que su
helado favorito era el de limón.
Lo miré, se estaba comiendo ese helado con tanto gusto, lo
sostenía entre sus manos como si fuera el objeto más valioso del mundo, yo odio
el helado de limón, es tan ácido, la verdad es que no entiendo por qué le gusta
tanto, pero en fin, eso es irrelevante. Fruncí
el seño y volteo a verme, vio como lo veía y sonrió.
— ¿Qué? ¿Acaso nunca habías visto a
un chico comiendo un helado? —pregunto, yo solo negué repetidas veces con mi
cabeza.
—Sí, pero no un helado tan asqueroso
como el de limón. —al decir esto abrió y se llevo una mano a la boca como si
estuviera indignado, parecía una señora de sociedad a la que le acaban de
contar el último chisme de la elite. Reí ante ese gesto, no podía negar que
estar con él era divertido.
— ¿Cómo osas a ofender al helado del
limón de esa manera? ¡Ahora mismo retráctate de tus palabras Tyler! —dijo
apuntándome con su dedo índice, moviéndolo como si me estuviera amenazando de
muerte ¡Já!
— ¿Y si no lo hago qué? —le rete,
amaba hacer eso.
—Como quieras, solo te advierto que él
Dios del helado de limón lanzará toda su furia contra ti a través de mí. —habló
elevando los hombros mientras hablaba, a manera de restarle importancia al
asunto.
—Entonces no me disculparé —le di una
lamida a mi helado, casi no le había comido nada ya que me la había pasado
viendo a Bill— dile a tu Dios del helado de limón que le pueden dar por culo,
el Dios del helado de choco chispas le podría patear el culo cuando fuese.
—Espero que sepas que morirás por
despotricar tanta mierda junta en tan poco tiempo Andrew. —me miro serio y yo
hice lo mismo, nos mirábamos directamente a los ojos, tenía unos lindos ojos
color chocolate que me encantaban y me dejaban sin habla. Después de unos
segundos una sonrisa traviesa y perversa se formo en sus labios, su mirada era
juguetona, como si se estuviera tramando algo contra de mí, parecía un loco.
— ¿Por qué me miras así? — le
pregunté, pero para entonces ya era tarde.
Se lanzó contra mí con el helado en
la mano y me embarró con él en la cara.
— ¡Hey hey hey! ¿Qué haces? No me em…
—mis palabras fueron calladas cuando me embarró lo último que quedaba en el
cono en la boca.
—Eso pasa cuando retas al gran Dios
del helado de limón. —dijo mientras reía divertido, tenía la cara llena de ese
asqueroso helado y estaba pegajoso… ¡Mierda!
Era hora de cobrar venganza, y al
parecer se dio cuenta de mis malas intenciones.
—No te atrevas… —dijo mirandome con
los ojos muy abiertos, yo solo sonreí maléficamente y justo antes de que
pudiera estrellarle mi helado en la cara salió corriendo como alma que lleva el
diablo. A no, de esta no te escapas Billy.
Me levante rápidamente de donde el
pasto y comencé a correr atrás de él, en verdad que era rápido, era una suerte
que yo también lo fuera. Corríamos en círculos, de seguro parecíamos
retrasados.
— ¡Ven acá Bill! ¡Tú empezaste y me
la debes! —corríamos de un lado a otro, las pocas personas que pasaban en ese
momento por el parque nos miraban divertidas, pero mi mundo era Bill y mi único
objetivo, atraparlo.
— ¿Yo? ¡Fuiste tú quien ofendió al
helado de limón! —me detuve y el también lo hizo, ambos nos encontrábamos
cansados de correr de aquí para allá, de repente vi que la agujeta de sus botas
estaba desamarrada… ¡genial! Esta era mi oportunidad.
—Bill, tu agujeta esta desamarrada. —miro
sus pies y vio lo que le decía.
—Oh, gracias pijo… —dijo y se agacho
a amarrarla, ¡oh Bill!, a veces puedes ser tan ingenuo…
Aproveche la oportunidad y corrí lo
más rápido que pude para atraparlo, al notar que había empezado a correr, él
también quiso hacerlo, pero en vez de correr lo único que logro fue que yo me
impactará fuertemente contra él y ambos cayéramos al pasto, yo encima de él.
Entonces todo se detuvo, era como si
el mundo de repente fuera un lugar perfecto al estar así de cerca de él, sus
labios rozando los míos y sus penetrantes ojos
mirandome, podía sentir como su corazón latía agitado al igual que el
mío, no sabía sí era porque habíamos corrido tanto o por la adrenalina del
momento, el sentirlo tan cerca… tal vez fueran ambas cosas.
Sin pensarlo lleve una mano a sus
mejilla y la acaricie, el solo me miraba y se dejaba hacer ¿pero qué mierda
estoy haciendo? ¡Yo no soy marica! ¿Lo soy? ¿He vivido toda mi vida engañado?
Nunca había sentido esto por algún otro chico, es más, pensaba que era un asco
que un chico se besará con otro y esas cosas. Ahora ya no sabía ni que pensar,
así que solo deje de hacerlo y me deje llevar por el momento.
Sí, ero haría, basta de darle vueltas
a tu cabeza, ya luego tendrás tiempo de arrepentirte de tus actos Andy.
Lo besé… Al principio pensé que me
rechazaría, me gritaría de cosas y se iría dejándome ahí como un estúpido.
Aunque no movía sus labios correspondiéndome el beso, al menos no me apartaba.
De repente sus labios comenzaron a
moverse al compás de los míos, me estaba correspondiendo el beso, mi corazón
latía con más fuerza que antes. Nos besamos unos segundos más hasta que su
celular comenzó a sonar y nos separamos.
Me paré de encima de él y me senté a
su lado, el hizo lo mismo y miro la pantalla de su teléfono.
— ¿Sí? ¿Pasa algo Tom? —contesto,
fruncí el seño al saber quién le había hablado y nos había interrumpido, aunque
supongo que eso había sido lo mejor.
En verdad esperaba que nadie conocido
pasara y me reconociera, esperaba que ningún paparazi hijo de puta anduviera
por ahí, ¿Qué dirían las noticias? “¡ANDREW TYLER ES MARICA!” ¡Eso
sería un completo desastre!
—Sí, estoy en el parque, ya voy para
el departamento, espérame ahí —hablaba Bill rápidamente, yo solo miré hacia
otro lado, me sentía enfermo al saber que Tom estaba en el departamento de Bill
esperándolo ¿quién se creía que era? —luego te explico, chao. —y corto la
llamada.
Nos quedamos en silencio, ninguno de
los dos decía nada, pero era lógico que él que tenía que pedir perdón era yo.
—Lo siento, —dije volteando hacía
otro lado al hacerlo. —no sé porque lo hice, yo no soy gay ni nada de eso.
—Sí, no te preocupes pijo… —me
contesto, pude notar como su voz era algo débil, como si estuviera triste, así
que volteé a verlo. —Solo hay que olvidarlo. — y me sonrió, yo asentí, pero la
verdad era que no quería olvidar ese beso, ya que aunque me odiará por pensar
así, había sido maravilloso y había sentido millones de cosas.
—Bueno, creo que te tienes que ir —hablé
después de otros cuantos segundos de incomodo silencio. —Vamos, te llevó a tu
casa. —dije una vez que estuve de pie y le tendí la mano para que se levantará.
—No gracias, prefiero caminar. —dijo
levantándose por su propia cuenta, dejándome con la mano en el aire.
— ¿estás seguro? —le insistí.
—Sí, no te preocupes, aparte necesito
ir a otra parte así que… —yo solo asentí, no quería mirarlo a los ojos y al
parecer él tampoco quería hacerlo.
—Bien, entonces nos vemos luego. —le
dije, y en vez de comenzar a caminar, fue el quién lo hizo dejándome ahí
parado. Yo me quedé ahí un rato más viendo como se alejaba, tenía que reprimir
todos estos sentimientos y olvidar ese beso. Sentir esto por un chico no era
sano, así que me negaba a sentir.
Odiaba tenerle cerca y que mi corazón
comenzará a latir como loco, pero cuando se fue del parque me di cuenta que más
odiaba su ausencia.
¿Qué mierda pasa contigo Andrew?
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